Un niño pegado a los enanos cabecea. Tiene apenas cuatro años. Son las 23:50 y la cuarta función en el Recinto Central está en marcha. Los espectadores están concentrados en la llegada de la magia. Una mujer de AEA se agacha, camina unos diez metros sin levantarse para no molestar al público y agarra al menor, que en aquel momento ya rozaba con la cabeza en el suelo. Está dormido. Lo traslada hasta la escalera de la grada y allí lo aguanta en brazos todo el espectáculo, comprobando que no tiene la pulsera identificativa que se le pone a los niños, al menos a muchos de ellos, que deciden quedarse en el suelo para disfrutar más cerca de los danzarines...

"Estaba con su hermano, pero el "pobre" ya no aguantaba más. Lo vi que estaba dando cabezadas y no sabía si es que le estaba pasando algo o es que se estaba quedando dormido", comentó la protagonista anónima al llegar junto a sus compañeros. Al menor lo intentó incluso despertar un enano durante la danza. Se acercó a la zona y lo tocó con un pie. No se despertó. "Tranquila, ponte con él que nosotros nos encargamos del resto", le comentó otro de los que vigilaban la zona de menores en el suelo y que se encargaba, además, de que otros espectadores no se pusieran delante de las personas con discapacidad física.

Es solo una historia real que resume lo que hacen los miembros de Ayuda en Emergencia Anaga (AEA) durante las Fiestas Lustrales. Nunca serán portada de medios de comunicación, el público tampoco los aplaude por sus actuaciones, ni tan siquiera van en ropa de gala, pero ayudan en cada corte de tráfico, que son cuantiosos durante la Bajada; se encargan de tareas más propias de la organización, colaboran en una evacuación... esa gente que usted (que lee) ve vestida con camisas amarillas ha estado un día sí y otro día también en los actos más concurridos de la Bajada. A veces, demasiadas veces, con medio bocadillo y una ensalada para aguantar la jornada, pero siempre con buena actitud. Entregados al uniforme. Y, encima, aguantando las malas caras de gente que suele mirar por encima del hombro a todo aquel que no lleva placa y pistola.

Todavía habrá quién diga que todo es por dinero. Para ellos, un dato: el acuerdo firmado por el ayuntamiento y Ayuda en Emergencia Anaga contempla una ayuda de 6.000 euros en 2015 y de 5.000 en 2016 para todas, sí, todas, las actividades que realicen y que estén organizadas por Santa Cruz de La Palma. AEA aporta no solo su personal sino también sus equipos. Eche cuentas: lo hacen por pasión.