El periodista Jeremy Paxman puso contra las cuerdas al "premier" británico David Cameron durante una entrevista realizada en la cadena Sky News con motivo de las elecciones en el Reino Unido. El ávido comunicador provocó la fatiga del líder "tory" al ser preguntado por el número total de bancos de alimentos, que se habían reducido de 429 a 66 durante su gestión, pese a las promesas de los conservadores. Fue la peor intervención televisiva de su carrera, pero obtuvo la mayoría absoluta.

Las promesas de los políticos se han convertido en un discurso sin consecuencias, en contratos sin cumplir con una ciudadanía que ejerce de jefe en vacaciones. Ya lo dijo el maestro Ryszard Kapuscinski: "Para ser buen periodista, hay que ser buena persona", a lo que añado que, para ser buen político, hay que alejar los fantasmas del mesianismo. Ante la asimilación de lo absurdo y el socorrido tótem de "nuestra prioridad serán las personas", se hace más necesaria que nunca la labor del periodista como fiscalizador de la omisión de la verdad, desde el alcalde que garantizó el asfaltado de una calle hasta el presidente que sentencia que "prevaricar no es corrupción".

A tenor de la situación política, donde se gobierna a golpe de titular, la hemeroteca se convierte en la espada de Atila. El momento empieza ahora, dando tiempo prudencial a los objetivos que el líder del Ejecutivo regional, Fernando Clavijo, sacó del morral para enfatizar al Parlamento, una institución que clama con presteza una modernización y adaptación al lenguaje terráqueo. La hemeroteca debe estar ojo avizor a la verbalización del debate turístico y a la promesa de Clavijo de priorizar el drama de los 600.000 canarios en exclusión social; pasar del "tenemos un problema" al "revertimos la situación".

Coalición Canaria (CC) y PSOE se encaminan a varios desafíos trascendentales: la adaptación del REF, la nueva puerta de acceso del modelo energético, el pacto social y la puja por la financiación autonómica, entre otros aspectos en los que no puede faltar una terapia de choque contra el colapso de las Urgencias.

Inexorablemente ligado a los nuevos retos, la lucha por la transparencia real de las administraciones públicas se presenta como otro punto negro en el discurso. Hace unos meses, un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos otorgó a Canarias la medalla más opaca: ser la comunidad autónoma con menos transparencia en España. Ante condecoraciones tan oscuras y el regalo de algunos de asignarse el tope salarial permitido por ley, la clase política tiene una oportunidad histórica para regenerarse desde dentro y abrir puertas y ventanas. De no ser así, debe aparecer el periodista, para exigir lo bueno y contar lo malo. Aunque escueza, más Paxman y Kapuscinski.

@LuisfeblesC