A Miguel Ángel Pérez (Los Realejos, 1977) le tocará gestionar un área sumamente técnica y con un trabajo que, en buena medida, es rematado por otras consejerías. Pero él habla de sus nuevas funciones en el Cabildo incluso con pasión. Es abogado e hizo un máster en gestión del territorio. Entre sus principales objetivos: legar una planificación a 20 años.

Del campo social a Política Territorial. ¿Cómo afronta este cambio de registro?

Bien; en política uno tiene que afrontar los retos cada vez que le vienen. Intentaremos llevar los pasos que hicimos con Educación o con el IASS a la planificación, sobre todo porque es la gran desconocida del Cabildo. Es un área muy técnica y que a la ciudadanía le cuesta un poco entender. Darla a conocer es uno de los grandes objetivos. La gente no se puede asustar cuando se habla de territorio y planeamiento.

¿Cómo recoge el área?

La anterior de consejera hizo un muy buen trabajo. Quizá no le dio la visualización que debería haberle dado y tal vez por eso su labor siempre fue algo incomprendida. Vamos a luchar para cambiarlo; que vean Política Territorial como un área de colaboración transversal no solo dentro del propio Cabildo sino con todas las administraciones.

¿Está previsto hacer modificaciones en el PIOT?

Sí; es un acuerdo que hemos firmado en el pacto de gobierno. Ya hay un pequeño dosier que deja preparado la anterior consejera y que nos va a servir de pie de enganche hacia una modificación importante con un dato añadido: se tiene que hacer de la mano de los ayuntamientos y del Gobierno de Canarias, pero también de las entidades que tienen que ver con el planeamiento, así como de la propia ciudadanía. Y el sector ecologista es muy importante y, por tanto, le tenemos que dar pie a que colabore con nosotros.

¿Qué características tendrá el nuevo documento?

Queremos que sea de todos, para todos y, lo más importante, que, una vez que salga, los ciudadanos sepan para qué servirá y qué va a pasar en los próximo 15 o 20 años. No podemos solo ordenar la Isla en base a proyectos estratégicos. Por ejemplo, un tren, un tranvía o un aeropuerto son elementos de infraestructura que están en el territorio; pero hay que ir más allá de la iniciativa concreta. Hay que tener una visión global de la Isla para que después la gente entienda por qué es necesario hacer una infraestructura. Creo que los instrumentos de ordenación deben suponer una visión de la Isla a 20 años y que los que vengan, si la sociedad cambia, los puedan modificar. Ese es el legado que tiene que dejar Política Territorial en los próximos años.

Aparte de esas modificaciones del PIOT, ¿en qué se centrará su gestión de este mandato?

Tenemos una cuestión importantísima: el suelo rústico, con un Plan de Medianías que vamos a ver en las próximas semanas con la Consejería de Agricultura. No podemos demonizar a una persona que viva en las medianías y que quiera tener un mejor futuro y desarrollo para sí mismo y su entorno. Lo que hay es que hacerlo de manera equilibrada. Si no permitimos que la actividad económica en la zona de medianías se fortalezca y ayudamos en la mejora de cultivos, de accesos, de las telecomunicaciones..., seguiremos perdiendo ciudadanos que vivan ahí.

¿En qué medida dificulta la planificación que la Isla tenga casi el 50% del suelo protegido?

Muchísimo. Soy proprotección; siempre lo he sido. Hay valores culturales, etnográficos, medioambientales... que en la Isla son un lujo. Tenemos que seguir obligándonos a conservarlos y mejorar si cabe. Y en los entornos en los que no hay protección se debe hacer de la mejor manera posible para que todo esté integrado en el territorio.

¿Cree que algunos planes generales, como el de La Laguna, son más agresivos de la cuenta?

No conozco en profundidad el PGO de La Laguna; sí es verdad que ha tenido muchísima contestación. Cuando la situación de los municipios ha sido boyante, la gente comprendía que los planes desarrollaran suelo urbanizable para seguir construyendo. No se entiende en una situación de crisis en la que hemos perdido muchísima población y con un modelo económico que yo deseo que no vuelva, que es el de exclusivamente el ladrillo. Es verdad que tenemos gran dependencia del turismo, pero la otra pata no puede ser la construcción. Yo cambiaría la pata de la construcción a la rehabilitación.

¿Qué opina de la desaparición de la Cotmac por la que, al menos antes de las elecciones, apostaba Coalición Canaria?

No creo que sea buena su desaparición. Lo que hay que hacer es una profunda revisión del planteamiento que se tiene en ella. Ha de ser un órgano más ágil de lo que es ahora. Estoy de acuerdo en eso con el presidente, pero no comparto en absoluto que un órgano de control y de organización territorial de las Islas no esté en manos del Gobierno de Canarias. Ahí la Cotmac hace un trabajo importantísimo.