El equipo de científicos que analiza los cuatro años de datos recogidos por la misión Kepler de la NASA --especialista en la búsqueda de planetas fuera del Sistema Solar-- ha lanzado un nuevo catálogo de posibles mundos. Estos registros sumarían más de 500 nuevos planetas a los 4.175 que ya ha registrado el reconocido telescopio espacial.

"Este catálogo contiene el primer análisis de todos los datos de Kepler, así como su evaluación automatizada. Servirá para que los astrónomos puedan determinar mejor el número de planetas pequeños y fríos, los mejores candidatos para albergar vida", ha explicado uno de los responsables de este trabajo, Jeffrey Coughlin, del Instituto SETI.

Los expertos han destacado que la nueva lista incluye 12 candidatos que tienen menos de dos veces el diámetro de la Tierra, orbitando en la llamada zona habitable de su estrella. Esta zona es el rango de distancias a las que el flujo de energía de la estrella permitiría que exista agua líquida en la superficie del planeta y, por tanto, la vida. UN CANDIDATO A ''TIERRA''

De estos candidatos, Kepler 452b es el primero en ser confirmado como un planeta. A una distancia de 1.400 años luz, Kepler 452b acompaña una estrella cuyas características son muy similares al Sol: es un 4 por ciento más masivo y un 10 por ciento más brillante. Kepler 452b orbita su estrella a la misma distancia que la Tierra gira alrededor del Sol

"Este nuevo mundo nos lleva un paso más cerca de comprender cuántos planetas habitables están ahí fuera", ha indicado otro de los participantes en el estudio, Jose Twicken.

Kepler 452b tiene la oportunidad de ser un mundo rocoso (como la Tierra), teniendo en cuenta su tamaño y el tipo de estrella que orbita. Pertenece así a una clase de planetas que se encuentran entre el tamaño de la Tierra y Neptuno. Si bien estos son el tipo más abundante de mundos descubiertos por Kepler.

En cuanto a su estrella, aunque es similar en tamaño y brillo al Sol, tiene 1,5 mil millones años más. Este objeto puede dar pistas a los astrónomos sobre cómo puede ser el futuro del Sol y, al mismo tiempo, de la Tierra.

"Si es cierto que el planeta es rocoso, su ubicación vis-à-vis con su estrella podría significar que está entrando en una fase de efecto invernadero desbocado de su historia climática", han explicado los expertos. A su juicio, el aumento de la energía de su sol, como consecuencia de su envejecimiento, podría calentar la superficie y evaporar cualquier posible océano en su superficie.

"Kepler 452b podría estar experimentando ahora lo que la Tierra pasará dentro de más de mil millones de años", han concluido.