Abandono absoluto, y cuando se dice absoluto, se refiere al más amplio sentido de la palabra. Así se encuentran los exteriores del Hospital Universitario de Canarias (HUC), muy bonitos a la altura del centro en la Carretera General La Cuesta-Taco y un auténtico desastre en su parte baja hasta llegar a la rotonda de conexión con la calle Gambia, en la parte alta de Ofra y justamente en el límite municipal entre La Laguna y Santa Cruz de Tenerife. En este sentido, ninguna de las calles de acceso al centro se encuentra adecentada. Tanto es así que el rabo de gato (especie vegetal invasora) traza un perímetro perfecto en algunos puntos de algo más de un metro a lo largo de todo el ámbito hospitalario, pero particularmente en todo el entorno del parquin público. A este problema a primera vista se le suma otro, el de la basura, que no hace falta rebuscar para percatarse de ella. Entre los rabos de gato se pueden encontrar desde botellas de whisky hasta papel higiénico y frascos con muestras de orina, entre otras muchísimas cosas más como briks, botellas de agua vacías o alguna jeringuilla, como pudo comprobar El Día. Frases como "es una auténtica vergüenza", "la situación es tercermundista", "qué hacen con nuestros impuestos" o "es impresentable" son algunas de las "joyas" que los usuarios y trabajadores del HUC sueltan por la boca al ser preguntados por el estado en el que se encuentran los exteriores del centro, algo que "no tiene que ver con la crisis, sino que hay alguien, el ayuntamiento de La Laguna, que no hace su trabajo. Así de sencillo", critica una auxiliar del hospital. La decoloración de las latas de refresco o de cerveza que hay en esta especie de "jardín natural", como lo definió una usuaria, delata que desde hace tiempo, mucho tiempo, nadie se ocupa de "barrer la basura, que para eso está la empresa que cobra por los servicios que pagamos todos". Pero los jardines "oficiales" tampoco se libran de la crítica. Cierto es que los propios usuarios del centro no cuidan el entorno y han convertido estos espacios en vertedero de colillas. Es normal ver a todas horas personas fumando y tirando al suelo o a las jardineras las colillas, pero el problema se multiplica por dos porque nadie las recoge. Lo cierto es que la imagen no se corresponde, ni mucho menos, con un centro de referencia como es el Hospital Universitario de Canarias, que destaca por otras cuestiones, pero no precisamente por su entorno, como lo demuestran las fotografías.