El alemán Sebastian Vettel (Ferrari) ganó el Gran Premio de Hungría, la carrera más emocionante del año, en la que Fernando Alonso (McLaren) fue quinto, justo delante del inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que a pesar de ello mantuvo el liderato, ya que su compañero Nico Rosberg fue octavo.

Vettel, de 28 años, que encabezó la época gloriosa de Red Bull, escudería con la que encadenó cuatro dobletes entre 2010 y 2013, logró ayer su cuadragésima primera victoria en Fórmula Uno, su segunda del año y desde que es piloto de Ferrari, en uno de los pocos circuitos que se le resistía.

Lo hizo, precisamente, por delante de los dos pilotos del equipo que abandonó al final del pasado año: el ruso Daniil Kvyat, que a los 21 años logró su mejor resultado en F1, al acabar segundo; y el australiano Daniel Ricciardo, ganador en Hungría el año pasado.

Con este triunfo -que nada más lograr dedicó al francés Jules Bianchi-, Seb igualó la tercera marca histórica del triple campeón mundial Ayrton Senna.

En la lista de máximos ganadores de todos los tiempos, Vettel solo tiene por delante al francés Alain Prost, cuádruple campeón del mundo, que ganó 51 carreras, y al alemán Michael Schumacher, con siete títulos y 91 victorias.

Vettel ganó el día que todo el mundo miraba hacia Hamilton, que el sábado firmó con autoridad su cuadragésima séptima "pole" y que apuntaba a un inédito quinto triunfo en Hungría. Pero el inglés tuvo una pésima salida, en la que el "pequeño Kaiser" cimentó parte de su éxito, al colocarse primero y evitar parte de los incidentes que sucedían por detrás, en la carrera más loca del año.

La primera vuelta se reveló como presagio y fue espectacular. Hamilton salió mal y fue superado en la larga recta hasta la primera curva (610 metros) por los Ferrari de Vettel y del luego retirado Raikkonen y por Rosberg, que partió junto a él desde la primera fila. Antes de la chicane, en su afán por superar a su antagonista, el doble campeón inglés se pasó de frenada, se fue ancho a la gravilla y perdió de golpe seis puestos, bajando hasta el décimo: de tal forma, solo en la tercera vuelta, el Mundial volvía a estar abierto, con Rosberg rodando tercero, por detrás de Vettel y de Kimi, siete puestos por delante de su compañero y rival.

Pero aún habían de suceder muchísimas cosas. En la primera curva de la undécima vuelta, Hamilton efectuó un espectacular adelantamiento a Massa y ya era noveno, justo detrás del mexicano Sergio Pérez (Force India), con el español Carlos Sainz (Toro Rosso) undécimo, apuntando a zona de puntos y manteniendo a raya a su compañero Max Verstappen; y Alonso decimotercero.

En la vuelta 18, Vettel lideraba, por delante de Kimi y Rosberg, con Ricciardo un puesto por encima de Hamilton, quinto entre los cinco que no habían parado aún. Un giro más adelante, de nuevo en la curva uno, Checo, que acabaría abandonando más adelante, se tocó, en uno de los muchísimos percances del día, con el venezolano Pastor Maldonado (Lotus), decimocuarto este domingo.

El primero en parar del quinteto de cabeza fue Hamilton, que repitió compuesto blando, en la vuelta 20. Rosberg cambió al medio en la 21; y Vettel y Ricciardo pasaron del blando al medio en la 22, una antes de que hiciera lo propio Raikkonen. El inglés pasó al australiano y en la vuelta 29 ya era cuarto, poco antes de que Alonso -que maquilló algo este domingo la peor temporada de la historia de McLaren- comenzara a rodar en los puntos, décimo, entre los Toro Rosso de Verstappen y Sainz.

En la 38 pararon Carletes y Alonso, con pinchazo en la rueda trasera derecha; y en la 43, solo una vuelta después de que Kimi empezase a evidenciar problemas, se produjo el accidente del alemán Nico Hülkenberg, que marcó el desenlace de la prueba.

Se decretó safety car virtual y todos hicieron la que pensaban sería su última parada, en la que Hamilton perdió más tiempo de lo debido, cuando se acercaba a Rosberg, que eligió de nuevo el neumático medio. Alonso perdió dos posiciones, pero era de los pocos que retornó a pista con los blandos y gracias a ello el doble campeón mundial asturiano acabaría quinto en la primera carrera en la que puntuaron los dos McLaren, ya que su colega inglés Jenson Button fue noveno.

Cuando la prueba se relanzó, a falta de 21 giros, Rosberg pasó sin problemas a Kimi, pero Hamilton, al intentar superar a Ricciardo, lo tocó, dañando la parte delantera de su coche, por lo que no solo tuvo que parar, sino que fue sancionado con un drive through, lo que ponía en bandeja el liderato a Rosberg.

En unos instantes muy alocados, Bottas se dio con Verstappen y pinchó, perdiendo toda opción, antes de que su compatriota Raikkonen se acabase hundiendo del todo. A falta de quince vueltas para completar las setenta a las que estaba prevista la carrera, Vettel lideraba por delante de Rosberg, Ricciardo, Kvyat y Verstappen, con Sainz sexto, antes de que lo pasara Alonso y de que el hijo del "Matador" acabase abandonando.

En la vuelta 61, Hamilton rodaba de nuevo en zona de puntos y en la 64, tras superar a Button, era octavo y recuperaba el liderato del Mundial. Pero aún iba a suspirar más fuerte, al acabar saboreando, en su peor día del año, la suerte del campeón: cuando Vettel, Rosberg y Ricciardo rodaban prácticamente en un pañuelo, a cinco para meta, el australiano atacó a Nico y, al meterle el morro, le pinchó la rueda trasera izquierda.

Rosberg pasó de verse líder del a ceder otros cuatro puntos más ante Hamilton, que ahora lidera con 202, 21 más que él.

Vettel repitió en la entrega de trofeos la dedicatoria a Bianchi.