El Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha acusado hoy a algunos defensores del autoconsumo de eletricidad de querer "cobrar subvenciones" con cargo al sistema eléctrico, lo que supondría un riesgo de "parasitarlo".

Fuentes de Industria han señalado en un encuentro con medios que algunos defensores del autoconsumo pretenden evitar las cargas previstas en el borrador de esta normativa, lo que en la práctica sería cobrar subvenciones a costa del resto de consumidores.

Este borrador establece que los titulares de instalaciones de autoconsumo conectados a la red tienen que pagar una serie de cargos para contribuir a sufragar los costes del sistema, que también utilizan, como redes, renovables o la deuda del déficit tarifario.

Frente a esto, los detractores de la norma aceptan pagar la parte fija del peaje, que se corresponde con la potencia contratada, pero no la variable, que tiene que ver con el consumo y supone el 35 % del total.

Industria reconoce que en una primera fase eliminar esa parte del peaje no sería muy cuantiosa, pero advierte del riesgo de crear un incentivo que lleve a "parasitar" el sistema eléctrico de manera que se produzca un déficit de ingresos para unos servicios de los que disfrutan tanto los autoconsumidores como quienes no lo son.

En ese sentido, advierte de que "para autoconsumir hace falta espacio", de manera que solo podrán hacerlo quienes tengan espacio, es decir, empresas, centros logísticos y hogares de gran tamaño, dejando fuera a las personas de menos recursos.

Añade que, en la versión actual de la normativa que previsiblemente se aprobará en septiembre, los autoconsumidores están exentos del pago de impuestos en la parte de generación que producen ellos mismos. Además, tanto los sistemas extrapeninsulares como los consumidores con una potencia contratada inferior a 10 kilovatios disfrutan de beneficios en la parte variable del peaje.

Por otra parte, las mismas fuentes han confirmado que el sistema eléctrico cerrará este año con un superávit superior al esperado, debido a ciertos factores positivos como la bajada del precio del petróleo, los menores pagos por capacidad para el carbón o la mayor recaudación por impuestos debido a la entrada de grandes cantidades de producción térmica.

Parte de este superávit, que han descartado cifrar, se dedicará a reducir la partida de pagos por capacidad -en 250 millones, lo que rebajará la parte fija del recibo a partir de agosto-, una partida que hasta ahora ingresaba en exceso para compensar la falta de fondos en otros apartados.

Precisamente esta partida de pagos por capacidad es la única que escapa, de acuerdo a la ley del sector eléctrico, de la obligación de dedicar el superávit a reducir la deuda pendiente.

Industria ha explicado que la decisión de consignar parte del superávit para bajar los peajes en lugar de para reducir deuda está relacionado con el propio mecanismo de titulización -colocación en el mercado con el aval del Estado- de esa deuda, que cobra en función del déficit pasado y no del saldo vivo.

Así, la eventual reducción de la deuda permitiría acortar ligeramente los plazos, pero no minorar las cantidades que se pagan anualmente, por lo que el Gobierno ha optado por rebajar las aportaciones de los consumidores, una vía que a su juicio tiene un impacto más positivo en la economía.

El superávit de este año se dedicará así a reducir los pagos por capacidad, "limpiar" pagos pendientes de otros ejercicios y, en menor medida, a reducir la deuda pendiente.

De cara a la próxima legislatura, Industria fija como prioridades en materia energética la apuesta por la eficiencia, los mercados secundarios mayoristas -cuya mejora del diseño podría ahorrar "cientos de millones de euros"- y la apuesta por las interconexiones.