El agricultor Daniel Morales localizó en 1954 una Virgen en una cueva, en La Oliva, Fuerteventura cerca de unos espacios asociados al mundo sacro aborigen. El carbono 14 sitúa ahora la talla entre las imágenes marianas más antiguas del Archipiélago y plantea el debate de si llegó con los conquistadores en su viaje a Canarias.

En 2008, se practicó la prueba de carbono 14 de la que resultó una datación que va de 1460 a 1660.

Pedro Carreño, aficionado a la Historia, lleva décadas recorriendo La Oliva en busca de piezas con las que reconstruir el puzzle histórico del municipio y fue de los primeros en dar a conocer a la comunidad científica el hallazgo de los podomorfos en Tindaya en los años setenta del pasado siglo y desde hace años sigue con entusiasmo los resultados que van apareciendo en torno a la imagen de La Aldeíta.

Carreño recuerda cómo el agricultor Daniel Morales le contaba el descubrimiento de la imagen en el interior de la cueva de la Aldeíta -de ahí el nombre de la Virgen-, "solo se conocía una altura en esa cueva pero excavó y encontró una segunda altura donde estaba la imagen", en el mismo lugar parece que también se halló otro santo grabado en una piedra.

En el momento del hallazgo, Daniel estaba acompañado de Antonio Fleitas a quien terminaría entregando la imagen y su hija Concha es desde hace años la encargada de custodiar esta pequeña imagen de madera de algo más de veinte centímetros de altura.

La arqueóloga María Antonia Perera tuvo noticias de la imagen a finales de los setenta del siglo pasado, cuando comenzaba a desentrañar las incógnitas que la montaña de Tindaya y sus podomorfos arrojaban a la prehistoria.

La cueva se halla inserta en el Malpaís de La Arena, un lugar donde, a juicio de Perera, "hay una impronta sagrada importante", sacralizado por los antiguos pobladores de la Isla: los majos y donde se han encontrado grabados con forma de pie en el poblado de Tisajoyre y soles de Téjate, unas grandes estructuras en piedra con forma de sol con hasta 62 rayos solares, o la Cueva de los Ídolos.

Esta cueva, rebautizada con el nombre de los Ídolos tras el hallazgo de figuras antropomorfas de pumita, hueso y arenisca de etapa preeuropea, se encuentra a unos 150 metros de la cueva donde apareció la Virgen.

La investigadora defiende, en una entrevista con Efe, que se trata de "una táctica conquistadora" que consistiría en "coger los lugares sacros de la cultura aborigen y sustituirlos por las creencias marianas que se quieren imponer".

Perera va más allá y plantea la hipótesis de que pudiera haber sido depositada por los propios conquistadores en el lugar mientras avanzaban por el interior de la Isla después de arribar en la zona norte y tras su paso por Lanzarote y el islote de Lobos.