"En inspección realizada con fecha 8 de julio de 2015 a la citada explotación se comprueba que en la granja ya no se albergan animales. Además, se ha procedido a un desmantelamiento y limpieza de las principales instalaciones".

Así de concluyente es la resolución que el área de Agricultura, Ganadería y Pesca remitió hace unos días a la Gerencia de Urbanismo de La Laguna, en relación con la polémica cochinera de San Miguel de Geneto.

Con ello se pone punto final a más de veinte años de lucha vecinal contra una explotación ilegal, sobre la que pesaba una orden de cierre desde 2012, pero que los recursos de su propietario habían logrado retrasar.

Ayer, el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, anunció a los vecinos de San Miguel y San Bartolomé de Geneto el cierre y desmantelamiento íntegro de la explotación de porcino ubicada en Finca Pelayo, que tantas molestias ha causado a los habitantes de este entorno durante años.

Díaz se reunió con los afectados y les comunicó el cierre total de las instalaciones, después de que el Cabildo de Tenerife lo hubiera puesto en conocimiento del regidor lagunero, tras la última inspección realizada hace unos días.

En ese sentido, indicó que "tras la inspección de la Gerencia de Urbanismo y la denuncia puesta en conocimiento del Cabildo se constata que se ha procedido al desmantelamiento y limpieza de las instalaciones, por lo que se comunica que se ha llevado a cabo el desalojo completo de la explotación ganadera de porcino".

"Es una buena noticia para los vecinos de la zona que llevan años soportando los malos olores de esta instalación y las consecuencias derivadas de ello", añadió.

"Geneto ha cambiado de aroma", resumió ayer el vicepresidente de la asociación de vecinos El Moral, Silvestre Suárez, quien recordó que en algunos momentos los residuos de la granja llegaron hasta la carretera.

El dirigente vecinal agradeció al respecto la "predisposición" que mostró en todo momento el anterior regidor lagunero, Fernando Clavijo, para resolver el asunto, y subrayó que el proceso ha sido largo y complejo, con recogida de firmas, reuniones y asambleas.

Suárez precisó que debido a la situación del mercado el propietario de la granja porcina no pudo cumplir hasta hace unos días el compromiso adquirido en 2014, que consistía en tener vacía la instalación en enero pasado.

Según indicó, el calendario de sacrificios se inició en junio del año pasado, y tres meses después la granja pasó de tener 1.905 a 1.485 cerdos. En diciembre, la cifra se redujo a 1.017, mientras que en enero quedaban 703.

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