Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, el nuevo presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, va dejando su impronta en la dirección de la política de las Islas. Han bastado apenas unas semanas para enderezar las relaciones del Archipiélago con el Estado. En tan solo siete días ha mantenido encuentros con el rey, dos ministros y casi media docena de secretarios de Estado. Y, aunque en un principio no se pueda hablar de grandes resultados, lo que no se puede negar es que se han tendido puentes para acercar posiciones e impulsar materias que hasta ahora se encontraban encalladas. Ahora, de lo que se trata es de sacar provecho al nuevo clima de entendimiento que reina con el Gobierno central, pese a que en el camino surjan escollos, y del contexto electoral, en el que se van a desarrollar las negociaciones y que parece haber ablandado los austeros corazones de Mariano Rajoy y sus ministros. Algo similar puede decirse de la reunión promovida el pasado viernes en Lanzarote entre representantes del sector turístico y del sector primario, con el objetivo de lograr una mayor penetración de la producción local en un mercado de casi 13 millones de visitantes. No es un reto sencillo ni sus frutos se van a ver a corto plazo, pero alguien tenía que dar el primer paso para que se puedan sentar las bases de una colaboración cada vez más necesaria.

Ejemplo del nuevo clima es la facilidad con la que ahora aparecen los millones de euros -41,5 de una tacada- para invertir en carreteras, después de casi cuatro años de reclamaciones. También aquí ha jugado un papel importante la estrategia de consenso y llamamiento a la unidad del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, con su pacto por la Isla, con el que se ha granjeado el apoyo del Partido Popular, a pesar de estar gobernando con el PSOE, en la lucha por la financiación para el cierre del anillo insular. Hubo quien vio en la idea de Alonso de sumar esfuerzos, en defensa de 17 grandes objetivos para Tenerife, una simple fórmula para negociar con ventaja un buen pacto de gobierno en la Corporación insular. Los quince millones incluidos por Fomento en los Presupuestos Generales del Estado de 2016 para la citada vía, así como el compromiso de seguir aportando anualidades para sufragar esta obra y su puesta en escena junto al líder del PP tinerfeño, Manuel Domínguez, echan por tierra esas sospechas.

No obstante, no conviene tirar voladores, pues aún quedan muchas cosas por hacer. Esta semana el Instituto Nacional de Estadística daba a conocer la Encuesta de Coste Laboral, correspondiente a 2014, que revelaba que el sueldo medio de los canarios continúa a la cola del país, solo por encima del de los extremeños. Si a eso se le suma que la cesta de la compra más cara de España está en el Archipiélago, los canarios sufren un grave problema al que el Gobierno no puede estar ajeno. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, del mismo modo que otras cuestiones citadas al inicio de este Editorial, el Ejecutivo de Fernando Clavijo deberá entrar a fondo a resolver estas materias.