"No casarse... No andar en compañía de hombres... Estar en su casa de ocho de la tarde a las seis de la mañana (a menos que sea para atender función escolar)... Este es un acuerdo entre la señorita... maestra y el Consejo de Educación de la Escuela...". Así comienza el, como mínimo, curioso documento que comprometía a través de catorce reglas a las aspirantes a dar clase en el colegio La Asunción durante ocho meses de curso a partir de septiembre de 1923. El reglamento salió a la luz con motivo del reciente reencuentro de antiguas alumnas del centro educativo ubicado en el Parque Cultural Viera y Clavijo cuando se cumplen 37 años de su cierre definitivo.

Eran desde luego otros tiempos pero dignos de analizar. Desde las 75 pesetas mensuales que cobrará la maestra a compromisos tan difíciles de calificar en la actualidad como la cuarta: "No pasearse por heladerías del centro de la ciudad" (no se sabe si había alguna en la periferia) o esta (la octava): "No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre". O esta (la quinta): "No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados".

Dos reglas son motivo en caso de no cumplirse de ruptura del contrato, la sexta y la séptima, respectivamente: "No fumar cigarrillos) y "no beber cerveza, vino o whisky" (no se mencionan otras bebidas).

Hay normas que pueden originar tanto la risa como la indignación, depende del estado de ánimo. En este grupo están "no vestir ropa de colores brillantes" (9); "no teñirse el pelo" (10); "usar al menos dos enaguas" (sic) (11); "no usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios" (14) o "no usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos" (12).

Pero el Consejo no se olvida de la razón del contrato. Al menos en la regla número 13: "Mantener limpia el aula" de esta manera: "Barrer el suelo al menos una vez al día"; "fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente"; "limpiar la pizarra al menos una vez al día" y "encender el fuego a las 7:00, de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños". Pues eso.

Formadoras de generaciones

Este fue el texto que sirvió de anuncio para el reencuentro de antiguas alumnas y profesoras del Colegio La Asunción el pasado mes de junio en el Real Casino de Tenerife. En el año 1903, las religiosas de la Asunción se establecieron en Tenerife. Cien años después continuaron desarrollando su labor educativa en la Isla, formando a varias generaciones de alumnas. Tanto estas últimas como las profesoras, después de 37 años del cese de la actividad docente, recuerdan con cariño "los almuerzos de convivencia con motivo de la clausura de los cursos". Bajo la centenaria Ceiba, "refrescados con gazpacho y regados con sangría (habían cambiado las normas) que los profesores hacíamos a la sombra del emblemático árbol".