El padre de Jonathan Pérez se llama Miguel Ignacio Pérez. Empezó a trabajar en un pequeño taller de torno en La Palma hasta que, en 1973, llegó a Gran Canaria y se introdujo en la reparación naval. Están ahí los orígenes de un grupo empresarial que, según señalan sus responsables, se ha hecho con el paso de los años y el esfuerzo realizado con una cartera amplia de clientes. Esa compañía, Hidramar, se sitúa ahora ante uno de los grandes desafíos de su historia: un astillero en el puerto de Santa Cruz, en el Dique del Este, donde se incorporará un dique flotante.

Según explica Jonathan Pérez, director ejecutivo de Tenerife Sipyard -del mismo grupo que Hidramar y adjudicataria del nuevo astillero capitalino-, este proyecto supone un reto. "Atendemos a flote a muchísimos armadores y tenemos una cartera como de 180 diferentes en todo el mundo: del norte de Europa, americanos, asiáticos...", contextualiza. "Esto ahora nos da la oportunidad de ir a ellos y decirles: Durante muchos años hemos hecho reparaciones a flote y ahora tenemos estas nuevas instalaciones para que vengas a reparar con nosotros", detalla en relación a que el dique flotante permitirá arreglos de mayor envergadura.

En la actualidad existen dos astilleros en Las Palmas de Gran Canaria y ninguno en Santa Cruz. Sin embargo, el dique flotante que Tenerife Sipyard ya tiene reservado posibilitará aumentar las capacidades de los buques que ahora se pueden albergar en el caso grancanario. Concretamente, en esa infraestructura sobre el agua se podrán realizar trabajos más a fondo en colosos del mar de hasta 210 metros de eslora y 15.000 toneladas de peso muerto (portacontenedores, barcos de pasaje, quimiqueros...). Serán reparaciones e inspecciones de motores, grúas, hélices, elementos de perforación... Y, sobre todo, resalta el director ejecutivo, se realizarán recertificaciones en perforadores y plataformas, un servicio que no presta ninguna compañía en España y para lo que se necesita la acreditación por parte de fabricantes de equipos para la búsqueda de petróleo.

¿En qué punto está ahora mismo el proyecto? De forma inminente esperan recibir la licencia de obra para poder comenzar unos trabajos de construcción de los que resultarán unas infraestructuras con, entre otros elementos, un edificio de 20 metros de altura y una grúa con capacidad para levantar 100 toneladas, con el objetivo de que contribuya a arreglos especiales en esos barcos perforadores y plataformas. La previsión es que, a finales del próximo verano, esté toda la instalación preparada para recibir el dique. En cualquier caso, y mientras llega el momento, Tenerife Sipyard ya va por la cuarta reparación a flote en la Isla, específicamente del Ensco DS1, un barco perforador en el que tiene empleadas a 60 personas.

En palabras de los responsables de la compañía, en proyectos mayores, una vez que esté el astillero a pleno rendimiento, se podrían necesitar hasta 800 trabajadores que contratarían a empresas locales. Es el sistema, precisa Jonathan Pérez, al que recurren los astilleros de éxito del mundo, habida cuenta de que ofrece flexibilidad para las oscilaciones de carga de trabajo que se producen. Precisamente, exponen que la cualificación de la mano de obra que existe en compañías especializadas radicadas en Tenerife fue uno de los factores que los llevó a apostar por la Isla.

Hasta ahora, las previsiones son buenas. El jefe de Desarrollo de Negocio de la concesionaria, Héctor Peñate, ejemplifica que, en el último viaje comercial -a Holanda-, hasta cuatro armadores pidieron disponibilidad en Tenerife para finales del 2016 y principios del siguiente año. "Podemos estar hablando de entre 15 o 20 barcos, y es el resultado de uno solo de los viajes", puntualiza.

A juzgar por las manifestaciones de los responsables, la otra carta a favor de la empresa es el "know how" acumulado. A sus años en el sector se unen trabajos de relieve. Han desplazado a personal a realizar labores en otros países y, a flote, han efectuado trabajos de reparación de todo tipo. Sin ir más lejos, en el perforador de la compañía Rowan utilizado por Repsol en Canarias, el Rowan Renaissance, tuvieron personal a bordo durante aquellos días en que la petrolera buscaba hidrocarburos en aguas situadas entre Lanzarote y Fuerteventura.

las cifras

16.000 Metros tendrá la nueva instalación que se ubicará en el Dique del Este, dividida entre 12.000 del astillero en sí y otros 4.000, de una zona de maniobras.

120 Es la eslora máxima (en metros) con la que podrán contar los barcos que se reparen en el dique flotante que se utilizará.

800 Trabajadores es el pico de mano de obra que necesitará el astillero para determinados contratos.

35 En esos años está la duración de la concesión que ha obtenido Tenerife Sipyard en la Isla.