Miembros de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife defienden la idea de que los agentes lleven a cabo más prácticas de tiro al año y así estar más preparados ante cualquier incidente en que tengan que utilizar su arma reglamentaria.

En estos momentos, los funcionarios de este cuerpo realizan estos ejercicios una o dos veces al año en las instalaciones de la Unipol (Unidad de Intervención Policial) próximas al Parque de Las Mesas. Pero la intención de algunos mandos es que la citada galería funcione al 100 por ciento y que los policías locales de la capital puedan efectuar las prácticas cada tres meses.

En el caso de los miembros de la Unipol, por su condición de grupo de intervención, efectúan tales ejercicios cada 15 días; es decir, que cada miércoles practica el tiro uno de los subgrupos.

Acudir a la galería de tiro para un agente que patrulla las calles y realiza prácticas una vez al año no consiste simplemente en practicar su puntería de forma individual. La actividad está supervisada por un instructor de tiro de la Unipol, Luis de Armas, así como por otro monitor, Jorge Gutiérrez.

Algo que en las películas puede parecer extremadamente sencillo, manejar una pistola semiautomática, en la vida real requiere una serie de conocimientos y precauciones para evitar que, en un descuido, un compañero del policía, o incluso el mismo que la manipula, acabe herido o algo peor.

Así, los instructores hacen hincapié siempre en reforzar los aspectos básicos, en algo aparentemente tan sencillo como la forma en que se empuña el arma corta, la posición de las piernas o en dirigir bien la pistola. A los funcionarios menos prácticos se les aconseja que, en primer lugar, el recordatorio de esos hábitos se efectúe "en seco", es decir, sin munición. Y posteriormente usar esta.

Luis de Armas explica que su función pasa, entre otras cosas, por corregir malos hábitos a la hora de disparar. Así, por ejemplo, insiste en la importancia de colocar el dedo índice en el lateral del arma y no en el disparador mientras se carga, se desenfunda o se apunta; o bien dirigir la pistola a un lugar seguro al ponerle o quitarle la munición.

El primer paso cuando se entra en la galería de tiro es dirigirse a la "zona fría", un rincón donde, de forma segura, se puede chequear el arma, cargarla o descargarla sin riesgo alguno.

De Armas explica que, en la vida real, cuando hay que desenfundar la pistola semiautomática existe una situación de "estrés" para el policía, donde puede tener un 70 u 80 por ciento menos de audición, padece sudoración y aumenta significativamente la adrenalina. Para poder superar todas esas circunstancias, el instructor de la Unipol señala que "lo importante es sentar una buena base" en el manejo de la pistola y tener asumida la "mecanización correcta de los movimientos".

"Preparados, por si un día hay que usar el arma"

Luis de Armas y Jorge Gutiérrez coinciden en que muchos agentes se jubilarán y no tendrán que usar jamás su arma reglamentaria, "pero lo importante es estar preparado por si un día hay que utilizarla".

Estos instructores, pertenecientes ambos a la Unidad de Intervención Policial (Unipol), aclaran que la seguridad del agente que manipula la pistola y sus compañeros es fundamental. Para ello, advierten de que todas las armas deben manipularse como si estuvieran cargadas, por precaución.

En la galería de tiro de la Unipol también realizan prácticas agentes de otros cuerpos, como los de la Policía Autonómica, o de otras policías locales, como la del Puerto de la Cruz, por ejemplo.