España es una especie de colegio donde, contra toda lógica, a los alumnos que no cumplen, que no hacen la tarea y que se fugan se les pone un sobresaliente. Y a los que pencan y estudian se les aprueba de milagro. Debe ser que la Ley Wert establece un sistema de meritaje inversamente proporcional al esfuerzo.

La Ley de Presupuestos Generales del Estado vuelve a colocar a Cataluña con el maillot amarillo de la vuelta autonómica a España. Sí, señor. A la Comunidad que se ha pasado por salva sea la parte las instrucciones de monseñor Montoro sobre el cumplimiento del déficit. A la que sigue batiendo récords de endeudamiento con 65.000 millones de agujero y creciendo, que es gerundio, más de cuatro mil millones de euros este año. A la que sigue sin tomar medidas para reducir el desbocado gasto corriente. Y a la que sigue desafiando al Estado con una nueva elección plebiscitaria que sigue a un frustrado referéndum segregacionista.

A esa Comunidad le va a tocar un notable incremento de las inversiones y un aumento de 1.800 millones (más del 12%) de la financiación. Es el premio por tomarse la Hacienda española como al pito del sereno. Las comunidades que no han cumplido con los objetivos de estabilidad presupuestaria fijados por el Gobierno de Mariano I el Recortador no van a ser sancionadas. Ya sea por la vía de la financiación, ya sea por la vía de las inversiones regionalizables o ya sea por ADIF (bendito sea el Ave) o la ley de acompañamiento, el Gobierno del PP compensa con la derecha lo que quita con la izquierda.

Para las diligentes comunidades que, como Canarias, se han apretado tanto el cinturón que han cumplido con los exigentes niveles de déficit fijados por Madrid, una palmadita en el culo, un cariñoso cachete y a freír puñetas. Para el próximo año tendremos sólo 180 millones más en el presupuesto, en el pelotón de cola de la financiación (un 5% de incremento) y en el terreno de las inversiones regionalizables estaremos en 262 millones de euros, ocho millones de euros por debajo del año pasado.

O lo que es lo mismo, que una vez más, un año más, un presupuesto más, al Gobierno de Mariano I el Austero se la refanfinfla lo dispuesto en la Ley de REF de Canarias, que establece que la inversión en las islas nunca, jamás de los jamases, puede estar por debajo de la media de inversión en la Península. Como la media peninsular es de 238 euros por cabeza, los 123 de nuestras islas son un clamoroso incumplimiento. Si lo comparas con los 500 euros per cápita que recibirá Galicia o los 586 por habitante que recibirá Castilla-León, se te ponen las amígdalas como centollos. Igual es casualidad que las dos sean comunidades gobernadas por los populares. O igual no.

Obras son amores y no buenas razones. Tal vez las cumbres y el diálogo consigan cambiar las relaciones Madrid-Canarias, pero de momento..., a comprar vaselina un presupuesto más.