El verano de 2015 será inolvidable para Naná Jacob. A la fantástica e imprescindible noticia de haber conseguido la nacionalidad española a mediados del pasado mes de julio, la atleta del Tenerife CajaCanarias luce ahora en su cuello la medalla de oro conseguida en la prueba de 200 ml en el Campeonato de España Absoluto disputado el 1 y 2 de agosto en Castellón. A sus espaldas, 15 años de intenso trabajo deportivo y una tensa espera por lograr los papeles que le permiten competir como atleta nacional a todos los efectos. Originaria de Italia (Milán), la decisión en 2001 de su familia de emigrar a Canarias le ha llegado a competir y a triunfar con los colores blanquiazules. Lo logrado el pasado fin de semana puede ser el inicio de una renovada carrera llena de éxitos.

¿Estamos hablando del mayor reto deportivo conseguido por Naná Jacob?

Sin duda. Lo primero era pasar a la final y luego que las marcas me colocasen donde mereciera. El pasado fin de semana se logró en el Campeonato de España y no puedo estar más contenta. Es un trabajo que se ha construido durante muchos años y con otro trabajo paralelo que ha sido la espera y las gestiones por conseguir la nacionalidad. Se puede decir que en poco tiempo hemos ganado dos batallas.

La nacionalidad llegó casi pisando este Campeonato de España Absoluto...

Exacto, después de muchos años de espera nos llamaron 15 días antes de la prueba para comunicarnos la noticia. En lo deportivo, se puede decir que el trabajo ya lo teníamos hecho, tanto yo como mi entrenador Ramón Herrera. Llegamos en el mejor estado de forma posible, por lo que todo fue cuestión de seguir con la planificación establecida e intentar rematar nuestros planes. Y por suerte con éxito. En el Campeonato de España por Federaciones Autonómicas ya logré una marca brutal (23.51), aunque por un ligero viento a favor no fue legal. Pienso que puedo correr más y que estos registros son mejorables. El próximo año volveré a correr para estar en 23.50 y si se puede, pues más.

¿Qué puertas deportivas se han abierto tras este logro del Campeonato de España?

Mi entrenador ya piensa en objetivos grandes, como el Campeonato de Europa, que tiene una mínima 23.35, que tampoco se puede decir que es una marca inalcanzable. Creo que entrenando de manera adecuada y disponiendo de los medios y planificación suficientes se puede intentar, ¿por qué no?

A estos niveles de alta competición, ¿cómo se trabaja para lograr arañarle unas centésimas al crono?

Hay que desarrollar un plan de entrenamiento correcto. Estar sin molestias, con una alimentación correcta, estar bien hidratados... Si la musculatura está bien y cuidada, se van acumulando entrenos, algo muy importante, porque si se acumulan lesiones son días y semanas que luego el cuerpo echa de menos. Después hay que descubrir cuál es el tope de cada cuerpo. Entrenaremos duro para saber cuál es el mío.

¿Qué es lo que le priva su actividad como atleta de lo que sería un vida normal sin competiciones de alto nivel?

Es tan importante entrenar como descansar. Para que el cuerpo asimile el entreno hay que tener el tiempo necesario de reposo. Por suerte, a mi novio también le gusta descansar y los domingos nos lo pasamos en casa viendo películas. No puedo ir tanto como me gustaría a la playa con mi familia, por ponerte un ejemplo, y no tengo tanta vida social. Esa parte del entreno que no se ve también es muy importante.

Pero luego llega una medalla de oro y todo ha valido la pena...

Exacto, estamos hablando de un estilo de vida y cuando llegan medallas como la conseguida el pasado fin de semana en Castellón la recompensa es mucho mayor que lo se puede dejar un lado. Lo llevo haciendo tantos años que estoy adaptada a ello y vivo bien.

¿Su vida es cien por cien atletismo?

Ahora mismo sí. Soy Licenciada en Bellas Artes y en su momento lo compaginé con los estudios o trabajando. Ahora, este año, coincidiendo con el cambio de entrenador, he apostado todo al atletismo y la verdad es que ha salido fantástico. En los últimos cinco meses han llegado grandes recompensas.

-¿Por qué se decidió por Bellas Artes en los estudios?

Al crecer en Milán siempre estuve rodeada de belleza y con mi madre siempre visité muchos museos y me empapé mucho de eso. Al terminar Bachillerato no hubo ninguna carrera que me llamara la atención y al final todo me empujó a Bellas Artes; me encantó estudiar esa carrera.

Una vez cruzó la meta con el triunfo en los 200 ml, ¿Cuál fue la primera persona con la que habló?

Con mi entrenador, Ramón Hernández, que me fue a recibir a la zona mixta; él también estaba muy contento. Después, los mensajes y llamadas de felicitaciones a través del móvil fueron muchísimos.

¿Dónde guardará la medalla?

La coloqué al lado de la tele, justo al lado de las medallas del campeonato universitario conseguidas hace uno años.

Estamos hablando de un éxito individual, pero seguro que tiene a muchas personas a quien agradecer algo...

Por supuesto, a todos los compañeros y amigos con los que he compartido pista, casi eran más ellos que yo los que deseaban el tema de la nacionalidad. Todos mis entrenadores, familiares, compañeros y gente que compone el Tenerife CajaCanarias, a todos ellos les debo algo.

¿Qué significa ser atleta del Tenerife CajaCanarias?

Somos una gran familia. A diferencia de otros clubes, todos nos llevamos muy bien y somos una piña. Existe un gran compañerismo entre nosotros y eso se nota también a la hora de afrontar las competiciones. Somos una entidad totalmente diferente a los demás.

¿Qué hubiese pasado si este año tampoco consigue la nacionalidad?

Hubiese colgado las zapatillas, me hubiese retirado de la alta competición. Llevaba demasiado tiempo entrenando y ya no podía seguir entrenado más por amor al arte. Hubiese intentado trabajar de lo mío y me habría quedado con el buen recuerdo del atletismo. Todo a ha cambiado de manera radical.

Como atleta, ¿estamos hablando de la mejor época de su vida?

En parte sí, por su puesto, pero también ha habido momentos malos, porque las noticias que llegaban de la nacionalización muchas veces eran negativas. He vivido meses de muchos cambios y tensiones, de subidas y bajadas anímicas; muchas veces fui a entrenar triste porque lo de la nacionalidad no salía. En estos momentos tuve que tener la cabeza fría y seguir entrenando para al menos terminar la temporada lo mejor posible. Después, casi al final de camino, me encontré con la feliz noticia.

¿Los peores momentos han sido los procesos de incertidumbre?

Sí y también cuando a finales de mayo me comunicaron que me habían denegado la nacionalidad. Eso fue catastrófico. Viví un día muy malo, pero 24 horas más tarde ya tenía que reponerme o abandonar.

¿A qué se aferró entonces?

No podía arrojar la toalla a mitad de camino. Llevaba entrenando muy duro desde septiembre y había que continuar. Siempre quedaba la lucha por las marcas y también contaba con la motivación de mi entrenador y un nuevo grupo de trabajo fantástico.

Una vez superado este trámite con éxito, ¿hasta dónde cree que se le amplía el campo de acción?

Hay atletas que compiten hasta mediados los 30 años de camino hacia los 40. Yo tengo 29 años y tampoco quiero aguantar tanto, pero un par de años sí. También creo que como hasta ahora no he competido a alto nivel mi cuerpo no está tan machacado y quizás puedo tener unas condiciones como una atleta de 25 años. Creo que hay margen de mejora.

Para el 2016, ¿la mente está en el Campeonato de Europa?

Bueno, siempre hay que entrenar con un objetivo en mente y ese puede ser uno de ellos. Otro es estrenarme con la selección española.