La Bolsa de Atenas sobrevivió a su primera semana de operaciones tras cinco de clausura con magulladuras pero sin llegar al crack que se temía habida cuenta de que las transacciones tienen lugar en medio de un control de capitales.

El índice general acabó la semana con una caída del 15 %, después de comenzarla con un lunes negro que se saldó con un desplome de algo más del 16 %, el mayor de su historia.

El lunes, la situación había empezado con el máximo dramatismo posible, con una caída del índice general Athex del 22 %, arrastrado sobre todo por la caída libre de los bancos que rozó el 30 %.

Sin embargo, finalmente no hubo que recurrir a la suspensión de las operaciones como habían temido algunos analistas para el caso de que se hubiera alcanzado el máximo de fluctuación permitido del 30 %.

El martes y miércoles las pérdidas continuaron, pero con cesiones en el Athex del 1,2 % y el 2,5 %, respectivamente, que se debieron exclusivamente a la crisis de los bancos, cuyo índice acumuló pérdidas en los primeros dos días que superaron el 60 %.

Finalmente, el descalabro se detuvo el jueves, en que los títulos bancarios incluso lograron remontar casi un 18 %, cerrando luego el viernes nuevamente en rojo, aunque con una caída moderada del 1,67 %.

No obstante, los bancos fueron los que cargaron el volumen de la caída semanal, con unas pérdidas acumuladas del 58 % durante los cinco días del negocio en el parqué.

Los analistas coinciden en que la incertidumbre continuará mientras se mantengan los controles de capital, vigentes desde el pasado 29 de junio, y que han encorsetado el margen de actuación de los inversores nacionales.

Mientras que los extranjeros pueden efectuar ilimitadamente compras y ventas, los nacionales sólo pueden comprar con los remanentes que tengan en sus cuentas de corretaje, o a través de una cuenta bancaria especial nueva, abierta para tal efecto.

Los nacionales no podrán disponer, en cambio, de los fondos que tengan en sus cuentas bancarias regulares, ya que estas están sujetas a los controles de capital que prohíben transacciones al extranjero que no sean comerciales o, de forma muy limitada, para los particulares.

Según el analista de la firma de inversión XTB Joaquín Robles en declaraciones la evolución de la bolsa griega esta semana ha estado condicionada por la decisión de suspender la negociación bursátil durante cinco semanas, la imposición del corralito y las conversaciones para el tercer rescate a Grecia.

En su opinión, en ese entorno resultó normal el ajuste de cotizaciones del pasado lunes y el regreso a niveles de 2008, dado que los inversores tenían que trasladar a los precios la situación que vive el país y las empresas.

Robles prevé que a corto plazo el mercado ateniense se estabilizará en los niveles actuales, aunque tendrá que soportar continuos altibajos al albur de la evolución política y económica.

Entre los hitos cercanos que condicionarán a la bolsa griega, Robles ha señalado la devolución de fondos al Banco Central Europeo (BCE) el próximo 20 de agosto, los detalles de aplicación del tercer rescate, la posibilidad de la convocatoria de elecciones y el resultado de las mismas.

El principal problema de la Bolsa, además de los citados condicionamientos, lo seguirá constituyendo en particular el sector bancario, que como consecuencia de la incertidumbre política que se lleva arrastrando desde finales del año pasado ha sufrido una fuerte salida de depósitos.

A ello se suma la dependencia exclusiva de los créditos de emergencia del BCE para acceder a liquidez, lo que llevó a la imposición del citado corralito y de un control de capitales que previsiblemente durará algunos meses.

Todo ello ha desembocado en la necesidad de una nueva recapitalización que podría sumar hasta 25.000 millones de euros, pero cuyo calendario dependerá de la firma del tercer rescate.