Las recientes reflexiones del papa Francisco sobre los divorciados o sus referencias en otras ocasiones a los homosexuales han puesto sobre la mesa temas delicados que generan debate dentro y fuera de la Iglesia y que anticipan cuestiones que abordará el Sínodo de Obispos de octubre. El pontífice ha logrado que la Iglesia estudie con detenimiento cuestiones polémicas y lo ha hecho con un estilo particular que ha sido acogido por algunos sectores como una señal de apertura, mientras que desde otros se defiende que ciertos cambios irían en contra de la doctrina.

Además de plantear cuestiones relacionadas con los divorciados o los homosexuales, otros temas como el de los abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero, la situación de parejas unidas por lo civil y en convivencia, o la necesidad de una paternidad responsable sin tener hijos "como conejos" fueron impulsados por el papa.

Francisco quiere diálogo y así lo ha transmitido en diversas ocasiones, como cuando pidió en la apertura del Sínodo Extraordinario de la Familia del pasado octubre que los padres sinodales hablaran en libertad, pero respetando siempre las opiniones de los demás. Y hubo diálogo. Se mostró satisfecho por las "animadas discusiones" que se dieron y aseguró que se habría quedado "muy preocupado y triste" si todos hubiesen estado de acuerdo.

El miércoles, el pontífice aludió a la situación que viven en la Iglesia los divorciados que han establecido una nueva convivencia y dijo que estas personas "no están excomulgadas y no deben ser tratadas como tales".

Era la primera vez que se pronunciaba públicamente de forma tan clara sobre este asunto y sus palabras cobraron especial relevancia pues se produjeron a dos meses de que la Iglesia Católica celebre el Sínodo Ordinario de los Obispos, en octubre.

El debate sobre si los divorciados que se hayan vuelto a casar pueden comulgar o no, no es nuevo, pues ya el cardenal alemán Walter Kasper ha pedido en el pasado una mayor "misericordia" hacia los casos difíciles, incluyendo el de perdonar a los divorciados y readmitirlos en la Iglesia, y también en los sacramentos, a través de un camino penitencial.

Opiniones que han sido rechazadas por algunos miembros de la Iglesia como el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el teólogo y cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller.

Nuevo médico

El papa Francisco ha nombrado como su médico personal a Fabrizio Soccorsi, consultor de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano y director emérito de Hepatología del Hospital San Camilo de Roma.

De acuerdo al perfil difundido por la Santa Sede, Soccorsi, de 73 años, se licenció en Medicina y en Cirugía en la Universidad La Sapienza de Roma en 1968 y ha desarrollado una "amplia actividad profesional y docente". Además ha dirigido el departamento de enfermedades del hígado, del aparato digestivo y nutricionales del Departamento de medicina interna y fue especialista del Hospital de San Camilo Forlanini, en la capital italiana. También ha impartido clases de Inmunología en la Escuela Médica Hospitalaria de Roma y de la Región Lazio.