Esta más claro que el agua: el ICCA le tiene cogida la matrícula al Cabildo de Tenerife. El Instituto Canario de Calidad Alimentaria (que es lo que significa ICCA) le abrió en su día un expediente a Bodegas Insulares por importar vino peninsular, suponiendo que lo vendía después como vino canario. Resultó que no era así y que se utilizaba para darle salida a un pirriaca canario de mala calidad, con el que se mezclaba el vino godo importado, que se vendía como vino de mesa. No hubo multas, pero el escándalo de saber que las bodegas tinerfeñas públicas importaban vino peninsular le costó el cogote a José Joaquín Bethencourt, responsable del área de Agricultura.

Como la jodienda no tiene enmienda, el ICCA ha vuelto a meterle el dedo en el ojo al Cabildo. Esta vez se trata de los guachinches. La corporación insular quiere hacer un mapa de estos tradicionales negocios en los que (en teoría) se vende el vino de la cosecha y para acompañar se sirven unos platos típicos de la isla. Para "legalizar" estos establecimientos el Cabildo puso una serie de normas tan estrictas que a la primera convocatoria no se apuntó ni el Tato. No digo que nadie, pero muy poquita gente. Así que hubo que aclarar un poco las reglas, quitar algunas restricciones y abrir un nuevo plazo de inscripción que no sé cómo va ahora. Lo que sí se sabe es que el ICCA se ha opuesto a que el Cabildo registre el nombre Guachinches de Tenerife, porque considera que la palabra "guachinche" es genérica de todas las islas. Es decir, que tiene miedo de que los malvados chichas se apoderen de la nomenclatura y luego no la dejen utilizar a los guachinches de Gran Canaria.

Qué puñeteros. Si fuera por el ICCA no se habría creado la Caja de Ahorros de Canarias, que fue el nombre que se puso la extinta -Dios la tenga en su gloria- Caja Insular de Gran Canaria para darle un poco por la retaguardia a la desguarnecida caja tinerfeña, que por esa época (y en realidad por casi todas) estaba despistada y cogiendo gambusinos inmobiliarios y aéreos.

Resulta curioso saber qué tiene que ver la Calidad Alimentaria con el vino. Por mucho que se diga que hay vinos que alimentan, no deja de ser una excusa de bebedores. Pero esta segunda acción bélica contra el Cabildo tiene su lógica. Los guachinches sí que son materia gastronómica y, por lo visto, patrimonio semántico del acervo cultural canario. Así que el ICCA ha sacado la artillería para defender a la isla hermana y su derecho al guachinche sin que le chinche el chicharrero.

Tan de moda están los guachinches que la semana pasada asaltaron dos en Santa Úrsula para robarles televisores, neveras y (lo que demuestra que los ladrones eran gente valerosa) algunas garrafas de vino. Claro que como en nuestras islas apenas hay delincuencia, seguramente que estas noticias sean simples e infundados rumores. Calumnias de quienes quieren perjudicar la idílica imagen de nuestro paraíso, que gracias a instituciones como el ICCA se mantiene tan radiante como el sol. Y tan amarillo.