Es innegable que, de un tiempo a esta parte, Canarias se ha proyectado como un apetecible plató. Las productoras acuden a las Islas atraídas, más que por las excelencias naturales, por esas jugosas deducciones fiscales que ofrece el Archipiélago y que el negocio del sector audiovisual rentabiliza en su cuenta de resultados. De hecho, no es casual que directores como Ron Howard ("In the heart of the sea"), Ridley Scott ("Exodus") o Justin Luis ("Fast Furious 6") hayan puesto el objetivo en La Gomera, Fuerteventura y Tenerife, como también los españoles Julio Medem ("Ma Ma") o Mateo Gil ("Proyecto Lázaro"), entre otros, para rodar parte de sus últimas creaciones. El próximo visitante, Matt Damon y la nueva película de la serie la saga de Bourne, que se espera para septiembre por las calles de Santa Cruz de Tenerife.

Ante tal paisaje, el gerente del Cluster Audiovisual de Canarias, Luis Renart, destacaba en declaraciones a la Ser que si bien supone un éxito la promoción de Canarias como plató de cine, esa condición no está revirtiendo del todo en la industria local. "Es cierto que existe más contratación por el mayor volumen de producciones extranjeras, pero este auge no se acompaña de un verdadero impacto en el desarrollo de la industria audiovisual local".

Según Renart, "las películas canarias no tienen acceso a esos incentivos fiscales", para el que se precisa el llamado Sello Canario, un certificado que otorga el Gobierno de Canarias. Según los datos del Cluster, de las películas que tienen este sello solo el 5% las producen empresas con arraigo en Canarias, de ahí que afirmen que si no se refuerza el tejido empresarial canario, este auge de rodajes va a ser algo puntual que desaparecerá cuando el incentivo fiscal no sea tan atractivo.

Desde el sector se pide más apoyo al Ejecutivo regional, al que se insta a retomar "las ayudas a la producción que se eliminaron en 2011".

En la misma línea se pronunciaba el presidente de la Unión de Actores de Canarias, Lamberto Guerra, para quien "los actores y actrices canarios se tienen que colar en los rodajes de las superproducciones porque apenas se cuenta con ellos".

Un valor de inversión

En el conjunto del Estado, la deducción por inversiones en películas cinematográficas, series audiovisuales de ficción, animación o documentales asciende a un 18% en el Impuesto sobre Sociedades, mientras que en Canarias el incentivo alcanza el 38% porque, según la ley del REF de 1994, se debe aplicar un diferencial en las Islas con respecto a la Península de al menos 20 puntos, para compensar la lejanía e insularidad del Archipiélago. Este hecho, unido a que Canarias se erige en un continente en miniatura por la diversidad de paisajes, y con un clima apto para grabar durante todo el año, ha propiciado un auge de las producciones acogidas a la figura de las Agrupaciones de Interés Económico para captar que un porcentaje del coste del proyecto sea financiado con inversores de otros sectores. Así, el productor suele buscar la mayor parte de la financiación a través de créditos o preventas con canales de televisión, y ese 38% del incentivo lo ofrece a inversores canarios para que financien el resto de la película.