La normativa comunitaria que simplifica la tramitación de las sucesiones y herencias transfronterizas entre los distintos Estados miembros de la Unión Europea (UE) entró hoy en vigor, indicó la Comisión Europea (CE) en un comunicado.

La comisaria europea de Justicia, Consumo e Igualdad de Género, Vera Jourova, señaló que la nueva normativa permite "que tratar con las sucesiones y herencias internacionales sea más barato y rápido".

Con esta norma se aliviarán los problemas que se producen cuando fallece un familiar que posee bienes en otro Estado miembro de la UE.

La comisaria indicó que con la entrada en vigor de esta norma, "los ciudadanos que preparen su testamento pueden decidir que a sus bienes se les aplique la legislación de su país de origen, aunque vivan en un Estado miembro distinto y tengan bienes en diferentes países".

La CE espera que, cada año, unas 450.000 familias europeas que se ven afectadas por este tipo de situación se beneficien de esta norma.

Jourova subrayó que, como resultado, los procedimientos serán "más rápidos y baratos, ahorrándole a los ciudadanos de la UE tiempo y dinero en honorarios judiciales".

Hasta ahora, cuando una persona que poseía bienes en otro Estado miembro fallecía, tanto la corte del país de residencia como la del país de nacimiento podían poner en marcha procesos paralelos para lidiar con la sucesión o herencia de esos bienes.

Además, las normas a la hora de determinar qué tribunal tiene jurisdicción para tratar una sucesión transfronteriza y qué leyes se aplican a la misma son distintas en cada país.

Asimismo, esta normativa crea un Certificado Europeo de Sucesión que permitirá a los herederos y administradores demostrar su estatus y ejercer sus derechos y poderes en el territorio de la UE.

Ahora la nueva normativa sobre sucesiones transfronterizas facilitará a los ciudadanos europeos la tramitación jurídica del testamento o la sucesión internacional y aportará seguridad jurídica.

La regulación se aplicará a todos los Estados miembros, con excepción de Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido, que decidieron no adoptar este instrumento.