Con la vendimia a punto de comenzar o, en algunos casos, ya empezada, las precipitaciones de la pasada semana han generado preocupación en el sector del vino en la Isla, debido a que, según explican algunos profesionales de distintas comarcas, de prolongarse esas aguas inusuales se daría un elemento favorecedor para algunos hongos y, en especial, para la "botrytis", responsable de la pudrición de la uva.

"Con esta temperatura y esta humedad, las lluvias son un caldo de cultivo perfecto para los hongos", señala Juan Jesús Méndez, propietario-director de Bodegas Viñátigo, de la denominación de origen Ycoden-Daute-Isora. Ubicada al noroeste de la Isla, esta comarca no atraviesa su mejor campaña. Y es que, más allá de esas últimas inclemencias meteorológicas, Méndez detalla que la vendimia se ha atrasado en esta zona por las lluvias "tan importantes" del invierno, lo que ahora genera incertidumbre entre los viticultores sobre la maduración final. Ante esos efectos, no cree que lleguen al 50% de la cosecha obtenida el pasado año.

Aunque realiza un mejor balance global, Mari Paz Gil, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Tacoronte Acentejo, también admite preocupación por el tiempo. "No por la lluvia, que tampoco ha sido tanta en la comarca, sino más bien por el alto índice de humedad, que favorece la proliferación de hongos de manera acelerada", explica, antes de apostillar que las circunstancias son "totalmente adversas" para unas parras de las que este año esperan obtener aproximadamente la misma producción que en 2014: un millón y medio de kilos.

Otro de los profesionales consultados, Óscar Rodríguez, director técnico del Consejo Regulador de Vinos del Valle de Güímar, indica que la mayor incertidumbre está vinculada a la uva de medianías bajas y costa, donde en unos 15 o 20 días tienen el "grueso" de una recogida que ya empezaron días atrás para una partida de vino de baja graduación. En cualquier caso, matiza que, cuando ha habido lluvia, han sido jornadas "muy cálidas", con lo que a primeras horas de la mañana el racimo ya estaba seco y no se ha dañado. De seguir así, su pronóstico es que lograrían una cosecha que sería algo superior a la del año precedente, que, en cifras, significa superar el medio millón de kilos recolectados.

Más al Sur, el presidente de la Bodega Comarcal de Abona, Manuel Marrero, reconoce que si la lluvia siguiese es "peligroso", pero que, "de momento", no ha habido efectos negativos sobre la producción. "Viene una buena cosecha y por ahora no ha habido daños importantes", manifiesta quien fuese durante más de dos décadas concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Arico, que agrega que lo que sí se ha dado es que el calor ha madurado de una forma "un poco prematura" la uva. A pesar de eso, y según sus cálculos, la campaña en esta comarca sureña va camino de ser bastante positiva; no en vano, estima que podrían obtener, "como mínimo", un 30% más que en 2014. Lo empezarán a saber a partir del próximo fin de semana, fecha prevista para empezar a cortar.