El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha cifrado en 200 el número de reclusos a los que se les está aplicando en las cárceles españolas un programa de prevención de la radicalización, que, según ha dicho, "está siendo enormemente eficaz".

Fernández Díaz ha hecho estas manifestaciones en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso, donde ha recordado que ese programa se ha desarrollado a raíz de los atentados del 11-M, en 2004, y "se ha perfeccionado en el tiempo".

Un plan dirigido a tres grupos: a los condenados por terrorismo yihadista y son susceptibles de convertirse en líderes para la radicalización; a los que no están penados por ese delito pero se ha detectado que están inmersos en un proceso de radicalización, y a los que, según han constatado los funcionarios especializados, son potenciales líderes para efectuar esas labores de reclutamiento.

Según el titular de Interior, son 200 las personas que están incluidas en estos tres grupos y a los que se aplica un programa "muy desarrollado, con profesionales de Instituciones Penitenciarias y en colaboración con las fuerzas de seguridad del Estado", especialmente con la Comisaria General de Información de la Policía Nacional y con la Jefatura de Información de la Guardia Civil.

"De momento está siendo enormemente eficaz y está en una evaluación permanente para adaptarlo a las circunstancias del momento", ha añadido.

Ha explicado que los procesos de radicalización de potenciales terroristas yihadistas se producen en tres ámbitos fundamentalmente: en las redes sociales, en los entornos de los centros de culto y en las prisiones.

Fernández Díaz ha precisado que hasta 2012 ocho de cada diez procesos de radicalización se producían en las prisiones o en los entornos de las mezquitas, mientras que ahora se ha invertido la proporción de tal forma que el 80 por ciento de las personas reclutadas e, incluso, dispuestas a desplazarse para combatir en zonas de conflicto se produce en redes sociales son captadas en las redes.