Cada vez son más y resulta evidente a poco que se observen con detenimiento las calles de una ciudad que aspira a ser grande como Santa Cruz de Tenerife. Son los indigentes, esas personas que deambulan por ahí sin rumbo fijo y, sobre todo, sin un techo donde cobijarse y pasar l a noche. Casi todos están localizados, pero siempre aparecen caras nuevas: los "rostros de los sin rostro".

Ana Mendoza es un activista social que se ocupa y preocupa por la situación de los sin hogar en el municipio. Considera que "la situación se agrava por momentos y no se afronta bien".

Pone como ejemplo la reciente muerte de una mujer británica de 53 años en el entorno del asentamiento chabolista del pabellón Pancho Camurria: "Jacqueline tenía una patología clara, estaba enferma y una persona enferma no puede estar, aunque quiera, en la calle". Y añade: "Este pasado lunes le hicimos una misa en la parroquia de San Pío de Ofra gracias a la solidaridad del cura, Roque Rodríguez. Fuimos diez personas, suficientes. Ningún político que a veces sacan rédito de una situación sangrante como esta. Mejor así".

Volviendo a esos dos nuevos "retratos", Mendoza apunta: "Hay una señora que presenta una evidente falta de higiene e incluso está llena de moscas. Y lo que es peor, bastante agresiva. Suele estar casi todo el día sentada en bancos de la zona centro. Necesita ayuda; eso está claro".

El otro ejemplo nuevo, añade, "es el un señor, por contra muy limpio y aseado, que duerme en una hamaca. La abre de noche y la mantiene plegada durante el día. Suele estar en la esquina de la calle Áurea Díaz Flores con Álvaro Rodríguez López, cerca de la entrada del centro comercial Meridiano y en la puerta de una entidad bancaria.

En las imágenes, aparecen de espaldas por razones obvias de respeto y protección de datos, pero tienen rostro, no lo duden. Y cada vez son más.