No hubo ningún familiar a quien dar el pésame por la muerte de Lina Morgan. La actriz había expresado su deseo de que sus sobrinos no acudieran a la capilla ardiente. Tampoco se acercaron demasiados amigos. Hubo más flores que personas cercanas a la cómica. Muchos de sus íntimos hace tiempo que fallecieron, como Amparo Rivelles; con otros se había dejado de hablar. "No quería ver a nadie y solo mandaba algún mensaje", explicaba Concha Velasco, una de las pocas caras conocidas que se acercó al Teatro de La Latina.

Sobre el escenario que la vio triunfar tantas veces, sólo había una impresionante corona con más de un centenar de rosas blancas y amarillas, según la crónica que publica en su edición digital El Mundo. No tenía cinta. Pero era de Daniel Pontes, su chófer, el hombre de confianza de la cómica desde hace más de 30 años, "y de la gente de su casa". Era la única que tenía flores amarillas. Quizás sólo a ellos les había dicho la actriz lo que suponía ese color para ella. Cada vez que estrenaba una revista en La Latina se ponía ropa interior de ese color. Le daba suerte.

Los Pontes pueden ser los destinatarios de una fortuna que se estima en torno a los 10 millones de euros. Hacía sólo un lustro que la actriz había cobrado siete millones por la venta del Teatro de La Latina, un dinero del que no ha necesitado gastar un euro, ya que tenía sus cuentas lo bastante saneadas. Pese a que no actuaba desde 2008 (lo último que hizo fueron sketches de Escenas de un matrimonio, contratada por José Luis Moreno), la cómica no necesitaba dinero, tenía dos empresas dedicadas al espectáculo y otra, Telasa S.L., que tenía como objeto el alquiler de pisos. De todas ellas se deshizo en sus últimos años.