"Hay que hacer algo y rápido porque las condiciones infrahumanas de vida de los residentes en el llamado Barrio 82 de Santa Cruz, el poblado de chabolas de los alrededores del pabellón Pancho Camurria es, simplemente, insostenible". Así se manifestaron ayer dirigentes de la AV Azorín que el pasado lunes registraron un documento en la Concejalía de Bienestar Social del Gobierno de Canarias y en el Instituto de Atención Socia y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo, para "exigir la solución a un problema que crece cada día".

"Ya no es solo el asentamiento original, que se ha extendido sobre todo hacia la zona más cercana a la autopista del Norte, sino gente que pernocta habitualmente en la puerta principal, los laterales y la trasera de la instalación". Azorín recuerda que "la superficie es de titularidad pública, dependiente del Cabildo, y que la situación afecta a 50 moradores con 60 construcciones de madera, cartones y chapas metálicas". "Pese al eco mediático -añaden- no se ha afrontado el problema de seguridad de los usuarios de este entorno y el alcalde ha incumplido su compromiso público".

"Ni ética ni estéticamente estas condiciones de vida son aceptables", continúa el documento porque "erosionan derechos constitucionales, convenios humanitarios y la Declaración Universal de los Derechos Humanos".

Un triste balance: "Desde que existe el poblado han fallecido cuatro personas en condiciones indignas -de un incendio en la chabola a Jacqueline este mes-. Muchas precisan atención sanitaria urgente de carácter psiquiátrico y amparo institucional, aunque sean usuarios del colapsado y cercano Centro Municipal de Acogida, o sea el Albergue. Graves reyertas e intentos de suicidio (el último hace unos días) conforman la vida cotidiana del asentamiento".

Azorín exige "una pronta resolución administrativa a este grave problema social y humanitario".