La verdadera pretemporada de Agné empezó en Soria y continuó ayer. El entrenador delTenerife está perdido, en periodo de búsqueda cuando ya se han jugado dos partidos de los de verdad. Creo que el origen de este desenfoque está en el rendimiento del equipo en verano. Por poner solo un ejemplo, aquellos rivales de Primera División justificaban jugarle con tres en el medio; los de ahora no.
La primera parte del Tenerife ayer es inexplicable, tanto como la pasividad contemplativa desde el banquillo a la vista del rendimiento plano de un equipo en el que sobraba un volante de contención y faltaba juego entre líneas. Agné colocó a Vitolo, sacando la pelota, Aitor y Abel en el eje y luego apostó arriba por tres jugadores rápidos, de derecha a izquierda Suso, Lozano y Pedro Martín. Una línea para contener y la otra de ruptura, pero entre ambas se quedó vacío el escalón del pasador, del jugador que tenía que alimentar la velocidad de los otros. Ni siquiera hubo soluciones intermedias, como que alguno de los puntas bajara a enganchar o que alguien del medio subiera con la pelota. ElTenerife se bloqueó. Fue un equipo plano, tanto que no se acercó al área, no tiró ni desde lejos. El caso es que nadie jugó mal, porque la actitud, la voluntad y la disciplina táctica no se le puede discutir a ninguno. Fue un problema de funcionamiento que, parece, está viciado porque estas cosas en pretemporada sí funcionaron.!Claro¡ cuando no había que asumir el mando del juego. El experimento aleja al equipo de articular el origen de su potencial en los últimos años, que es la presión de los volantes en tres cuartos del campo contrario (sobre todo de Aitor). Jugando con tres en el medio, el equipo se divide en dos bloques que no se mezclan.
Nos fuimos al intermedio sin nada, tampoco por parte de unNástic justito, sin alardes de ningún tipo, pero al menos orientado hacia una idea. Cuando no pudo jugar buscó en largo las prolongaciones entre Rayco y Álex López. El 0-0 lo fue a todo, a juego, a tiros, a ocasiones, a sensaciones...
Tras el descanso Agné quitó a Abel y colocó a Omar, centró a PedroMartín y eso permitió enganchar más por los costados. En tres minutos el equipo multiplicó lo que había hecho antes. Se echó más arriba, cargó la zona de ataque y metió al rival atrás. A los dos minutos, Lozano salió de su sitio para recibir y le puso un balón en la cabeza a PedroMartín, que probó por primera vez a Reina. Un minuto después, el propioLozano hizo el 1-0. Incluso pudo generar el 2-0 en otro servicio de lujo que dejó a Suso solo cerca del área, pero el tacuense no tiene aún su punta de velocidad máxima y Ferrán llegó a tiempo para ensuciar su remate ante Reina.
Con la ventaja local, reaccionó el banquillo visitante. Vicente Moreno hizo uno de esos cambios con valor de triunfo. Sacó del campo al lateral izquierdo, que tenía amarilla, metió a Emaná en tres cuartos y retrasó a la defensa al interior Ferrán. Ellos dos, Emaná, que cogió todos los balones y progresó con ellos, yFerrán, que generó superioridad por su costado y puso los dos pases de gol, voltearon el marcador. ElNástic ensució mucho el juego, empezaron los choques, las fricciones, los batallitas, y el juego se embarulló tanto que elTenerife, menos duro para estas cosas que su rival, se fue yendo del partido. Empataron los catalanes en una acción de segunda jugada tras un córner, de esas que a veces, como esta, son más mérito del rival. Sucedió justo cuandoLozano había pedido el cambio quejándose de alguna molestia muscular. La pelota volvió entonces al alero de Agné, que mantuvo el cambio y le dio entrada a CristoGonzález por el hondureño. Cristo lo intentó, pero no le salió la jugada en medio de la maraña defensiva de unNástic que ya hubiera firmado ese empate.
ElTenerife era el que estaba obligado a buscar soluciones ofensivas a través de un cambio, cualquiera menos el decidió Agné, que puso en el campo a Aurtenetxe de extremo izquierdo y dejó inédito a Tomy Martínez. Elequipo siguió empujando, pero solo a base de coraje, arrimando, ahora sí, a los volantes al área enemiga y tirando centros sin sentido. No fue capaz de generar ni una ocasión más y, en contra, encajó un golazo de Jean Luc, cabeceando con una enorme potencia y decisión otra subida del desequilibrante Ferrán.