El recuerdo de una historia que le contaba su padre sobre un triste suceso que ocurrió frente a las costas de La Palma en el año 1570, y su desconocimiento por la mayoría de los canarios en general y los palmeros en particular, además de una marina que él mismo pintó, fueron algunos de los motivos que animaron a Antonio Sánchez a escribir su primera novela, "El Santiago", que ha sido publicada por Ediciones Aguere y Ediciones Idea, y que será presentada el 22 de septiembre en Tazacorte, aunque ya se distribuye por las librerías.

La obra está dedicada al beato Ignacio de Azevedo y a los treinta y nueve jesuitas que lo acompañaron en su viaje hacia Brasil en el galeón "Santiago", expedición que se vio truncada frente a las costas de Fuencaliente en julio del año 1570, cuando fueron atacados y martirizados por el corsario francés Jacques de Sores.

"La verdad es que le di muchas vueltas a un cuadro mío, cuya imagen ilustra la portada de la novela, y me fui imaginando la historia. Me puse a tomar notas y a indagar. Estuve en Madeira, Lisboa, Salvador de Bahía y en La Palma para recabar información, además de consultar mucho en internet. Se fue formando un puzzle que fui limando hasta que salió esta novela, con un final que tendrá continuidad".

La realidad demuestra que este triste suceso histórico quedó como algo testimonial en la tradición palmera, "el 15 de julio se celebra una pequeña procesión y también se hundieron cuarenta cruces de hormigón en donde se supone que ocurrió el suceso, pero estamos ante uno de los hechos más trascendentales de la historia de la compañía de Jesús. En Portugal y Brasil tienen una gran devoción por este beato al que martirizaron en La Palma. Mi intención ha sido rescatar aquel suceso a través de la ficción de una novela amena", explicó.

Antonio Sánchez, que hasta ahora se había limitado a escribir artículos en prensa y revistas, además de a colaborar en algunos programas radiofónicos relacionados con el jazz y en la revista brasileña "Aló Brasil", se aventuró de esta forma a irrumpir en el mundo de la literatura. El resultado es este relato, que algunos ven como un auténtico guion cinematográfico.

Los hechos históricos comenzaron cuando el principal de la orden de los Jesuitas en Portugal encomendó al padre Ignacio de Azevedo, que era amigo del padre Anchieta, la misión de llevar a Brasil a frailes jesuitas novicios para evangelizar el país y su apostolado. La expedición de siete galeones partió de Lisboa y tras llegar a Funchal, una de ellas, la "Santiago", se dirigió al puerto de Santa Cruz de La Palma, uno de los más importantes de la época junto al de Amberes y Sevilla.

Al parecer, al llegar a la altura de Puntallana se desató una tempestad que los obligó a bordear la costa y llegaron al embarcadero de Tazacorte, donde se guarecieron. Ignacio de Azevedo se encontró con el señor de Monteverde, un hacendado con el que estudió en la Universidad de Coimbra, que los acogió durante varios días, hasta que en la madrugada del 15 de julio de 1570 salieron en dirección a Santa Cruz de La Palma.

"Pero fueron asaltados por cinco galeones franceses del corsario Jacques de Sores, que eran hugonotes, y masacraron a todos los frailes. La historia conocida es esa. Sobre el final hay otro más inesperado que lo invento. Es una novela histórica en un contexto de ficción. Se distingue claramente lo que es historia y lo que es ficción. La novela tendrá una segunda parte, porque se salva el capitán, que es ficticio, y algunos marineros".

Esta novela histórica, con más de 300 páginas, tiene dos personajes centrales, el jesuita Azevedo y el capitán del barco, Custodio Zarco, que se enamora de una joven india. Todos los demás que aparecen en este relato lleno de acción sobre los conocidos como "Mártires de Tazacorte" son actores secundarios, como un joven tripulante de Tijarafe que regresa a su tierra para hacerse cabrero. La obra describe el ambiente social de la época y también los conocimientos náuticos.