Las costas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, en Canarias, se han confirmado como un verdadero santuario marino para los cetáceos, con presencia de una treintena de especies diferentes, según las investigaciones del proyecto LIFE INDEMARES.

Esta iniciativa, coordinada por la Fundación Biodiversidad (FB) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha encontrado una "riqueza inusualmente elevada de biodiversidad" en el primer estudio integral de las montañas submarinas del sur de Fuerteventura, según ha anunciado hoy la propia FB.

Los estudios previos desarrollados en la zona de los bancos de Amanay y El Banquete hacían pensar que su riqueza biológica sería "relativamente pobre" tanto por encontrarse en mar abierto como por su profundidad.

Sin embargo, las peculiaridades específicas de esta región marina alteran las condiciones oceanográficas del entorno y "lo que parecía ser un desierto en las profundidades se transforma en un oasis de vida" en el que han sido identificadas hasta ahora 711 especies distintas.

De ellas, 28 son distintos tipos de cachalotes, orcas, delfines, calderones, zifios y rorcuales, "lo que representa un extraordinario valor ecológico" puesto que esta cifra equivale a un tercio de todas las especies de cetáceos del mundo.

Además, en los fondos rocosos de esta región han sido identificadas 14 comunidades, 13 de las cuales están incluidas en la categoría "arrecifes" de la Directiva Hábitatas de la UE, con presencia de especies como el coral negro "Antipathella wollastoni" o el coral solitario "Flabellum chunii".

Los trabajos del LIFE INDEMARES ayudarán a la conservación de una superficie de casi un millón y medio de hectáreas de alto valor ecológico.