Camilo José Cela, en "La colmena", menciona que las mesas de mármol de un café de Madrid eran lápidas dadas la vuelta. Ya entonces (antes de que se hablara de separar vidrio y cartón) se reciclaban estas piedras, muchas de ellas de costoso mármol.

La práctica con tintes algo macabros, lejos de extinguirse, se ha perpetuado en el tiempo, pero con distintos usos y sin necesidad de irse a Madrid. El cementerio de El Sobradillo, sin ir más lejos, ha utilizado lápidas dadas la vuelta para reparar el suelo de uno de sus paseos. Y, según informa el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, también se ha hecho en Santa Lastenia.

"Se reutilizan las lápidas", reconoce el edil, explicando, además, que "es una práctica habitual de la empresa".

Cuando alguien fallece, suele pasar cinco años en un nicho. Pasado ese tiempo, muchas familias lo pasan a un nicho de restos. La lápida se retira y se le pregunta a la familia si quiere llevarse la lápida. Si dice que no, Cetensa, que es la empresa que gestiona los cementerios de Santa Cruz, se queda con ella y la reutiliza.

"En vez de tirarla a la basura, se recicla", comenta el concejal, que añade que "muchas iglesias las solicitan para pequeñas actuaciones de mármol". También se usan "en algunos paseos en Santa Lastenia".

Para el edil estas losas en las que se graban el nombre y los deseos de eterno descanso de las familias "tienen dos destinos: o las tiras a la basura porque ya no tiene utilidad para la familia o las reutilizas y las reciclas". Hay que tener en cuenta, además, que "son materiales de piedra buenos".

Así, cuando la familia rechaza llevarse su lápida, el personal del cementerio la va "apilando, acumulando hasta que hay alguna actuación de mejora o lo pide una iglesia, y se le da gratuitamente".

Aunque en principio se trata de una actuación ecológica, un lector se dirigió a este periódico para expresar su queja. "Qué falta de respeto a todas esas familias que se han dejado sus dineros para poderles poner una lápida a sus seres queridos. Y que ahora la utilicen para pavimento", dijo, en referencia al cementerio de El Sobradillo.

Esta práctica de reciclado se ha mantenido a través del tiempo. Eso sí, con tan poca publicidad, que la mayoría de ciudadanos desconoce que este recuerdo a los muertos tiene una segunda vida.