Ver. Veo que el final del estío caluroso y húmedo se acerca sin opción de posponerlo y que con tal recogimiento la veda de los cien días servida a este Gobierno empieza su cuenta atrás. Veo prisas, ganas asimétricas, desorden y caos, respiración con pulso acelerado, más reverencias de la cuenta y sobradas poses de tenerlo todo arreglado. Veo el credo de la indefinición. Veo a consejeros que deben ser corredores de fondo y se lanzan al fallido esprín del ingenuo. Veo más sombras que luces y más objetivos en la cuerda floja que logros metidos en la mochila colectiva. Veo que la premura por ser distinto solo se traduce en un bello maniquí que mira hacia la calle más transitada, llena de altavoces que vomitan propaganda sin orden ni definición. Veo que todo iba a ser diferente y hoy se sigue palpando, visionando y hasta escuchando un más de lo mismo, con metas invisibles e incapacidades que se niegan a torcer. Veo que un hombre joven, moreno y musculoso frena su coche ante una luz roja de semáforo, hace descender la ventanilla que está a su izquierda y convierte la porquería privada en basura pública. Veo que esta maldad es un recordatorio insuperable de lo que somos y seremos si antes no le ponemos remedio. Veo que tendremos una de las playas del fracasado Nacho y me digo que ya no solo se copia en las aulas. Veo que el placer del baño se proyecta en el hoy litoral pocilga. Veo que todo gira y gira pero la lavadora de marca blanca no sirve para dejar bien limpia la colada. Veo que muchos están locos por que otros asimilen que pasan cosas, buenas para todos, pero la realidad no engaña y sostiene que nada de nada o más bien poco. Veo que la incapacidad, la inutilidad y la propaganda de la improductiva "intelectualidad" política nos siguen condenando a un sucedáneo de mejoría. Veo que el día 21 está cerca, las hojas de algunos árboles se irán al suelo y entonces los cien días de tregua solo traerán frío, borrascas del Atlántico y lluvia fina y pausada, la misma que transporta las notas del arrorró que nos hace cerrar los ojos.

Creer. Creo que no avanzamos. Creo que seguimos estancados. Creo que otros piensan que somos tontos. Creo que van de velocistas y llevan rato con la lengua por fuera. Creo que son unos inconscientes conscientes y que por eso teatralizan las soluciones que reparten la alegría verdadera. Creo que las nuevas generaciones no mejoran las precedentes. Creo que de esta manera no llegamos a puerto alguno, a los dulces horizontes que apunta el sentido común. Creo que una entrevista pletórica cargada de la nada sigue siendo la nada misma. Creo que las ganas incendiadas son malas consejeras. Creo que nos han prometido una transición hacia el verdor del repetido bienestar y aún ni hemos encontrado agua en la actual travesía del desierto. Creo que a todo esto hay que darle una buena vuelta.

Ver y creer. Veo que la mañana de este martes con definición heterodoxa quiere ser verano y otoño a la vez. Veo que la luz nacida no basta para desnudar todos los engaños. Veo que la calle da la misma foto borrosa: la ventilla baja y sale del interior un trozo de cartón herido que vuela hacia el futuro de la hediondez. Veo, veo. Creo que esto hay que pararlo para luego hacerlo girar en el otro sentido. O así o ya solo repetimos la dictadura del "revival". ¡¿Ver para creer?!

@gromandelgadog