El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Jesús Morera, anunció hoy su disposición a dialogar y a alcanzar acuerdos para mejorar la sanidad en las islas, pero añadió que no se va a quedar quieto esperando a que lleguen esos acuerdos.

"Estoy dispuesto a dialogar, a escuchar alternativas y a aceptarlas si son viables, estoy dispuesto a llegar a acuerdos, pero no a perder el tiempo en forma de comisiones interminables para acordar documentos colosales que terminen en las vitrinas", como a su juicio pasó en 2006 con el pacto por la sanidad.

Durante una comparecencia parlamentaria a instancias del PP, el nuevo consejero admitió que no tiene "una varita mágica" para solucionar todos los problemas de la sanidad, pero añadió que no está dispuestos "a vender humo" con "pactos colosales e irrealizables" e instó a los grupos políticos a concentrarse mejor en acuerdos de mínimos que sean realizables.

Anunció que para junio de 2016 habrá un plan de urgencias, una planificación realizada por los profesionales, y también se comprometió a que en las próximas se semanas se va a recuperar el sistema de asistencia universal con la incorporación de los extranjeros en situación irregular, ya que se trata de "una cuestión humanitaria y moral".

"Contaré con los trabajadores, siempre estaré dispuesto a dialogar y a asumir propuestas factibles", con la premisa de que en todas las medidas y todos los pactos que se adopten se ponga por delante el interés de los usuarios.

Recordó que los recortes de los últimos años han supuesto una rebaja del presupuesto sanitario de 375 millones de euros, con lo cual el riesgo es que algunos problemas sanitarios puedan convertirse en estructurales, por lo que señaló que es preciso conseguir una mejor financiación estatal.

"La gestión es importante, pero se llega a un punto en el que no se puede crecer sin financiación, así que debemos exigir una adecuada financiación de los servicios públicos", dijo el consejero de Sanidad a los diputados.

Morera admitió que los ciudadanos están insatisfechos con la sanidad, si bien matizó que el problema no es la atención sanitaria, sino la accesibilidad, es decir, las urgencias y las listas de espera.

Para las urgencias anunció un plan realizado junto a los trabajadores y en cuanto a las listas de espera dijo que hay que dar el impulso definitivo a las infraestructuras "y acabar de una vez por todas la red de hospitales".

Anunció que en el plazo de un mes presentará el tercer plan de salud de Canarias, que tendrá vigencia de 2015 a 2017, y también dijo que promoverá un plan de recursos humanos que dé seguridad a los trabajadores.

Resumió sus proyectos en trabajar para contar con un sistema sanitario universal, público, de calidad, centrado en el paciente y con una financiación adecuada, con el compromiso del uso racional del sistema y que se priorice la prevención y la educación para la salud.

En cuanto a los conciertos con el sector privado dijo que ahora mismo son necesarios, por lo que descartó la propuesta de Podemos de que se suspendan, aunque está de acuerdo en que hay que revisarlos.

Guillermo Díaz Guerra, del PP, señaló que la sanidad canaria es ya la peor de España, pero anunció "un voto de confianza, que no es un cheque en blanco" y la "mano tendida" si de verdad el consejero se propone frenar y revertir la tendencia.

"Nuestra única condición para ese pacto sanitario es que el paciente esté en el centro" de las decisiones, dijo el diputado del PP, quien señaló que aunque en la sanidad el dinero es importante también lo es la calidad de la gestión.

Juan José Márquez, de Podemos, dijo que su grupo apoyará un pacto por la sanidad si se suspenden los conciertos con la sanidad privada.

Reclamó además la prohibición del copago sanitario y farmacéutico, la regulación transparente del precio de los medicamentos, mejorar el enlace entre asistencia primaria y especializada, mejorar los cuidados paliativos y la muerte digna, abrir los quirófanos todo el año en jornadas de tarde y permitir el acceso a los inmigrantes irregulares.

También dijo que se nombre a gestores entre los profesionales sanitarios en función de sus méritos y que no se deje la gestión "en manos de los amiguetes".

Román Rodríguez consideró que los pactos sanitarios están muy bien, pero lo que se necesita es "política", es decir, un plan de salud que defina una estrategia y oriente los servicios para no dar "palos de ciego".

También reclamó una organización eficiente, profesional y despolitizada, así como recursos económicos suficientes.

Casimiro Curbelo, portavoz del grupo mixto, anunció que su partido cooperará con el Gobierno para conseguir un pacto por la sanidad.