La gente se asusta por cualquier cosa. Por el anuncio de una erupción, por la llegada de un meteorito, por el anuncio de que los tanques se van a poner a pasar por las Ramblas de Barcelona. Ya no hay cuajo para estas cosas. Nuestros abuelos sí que estaban hechos a las adversidades. A palmarla por una viruela, a echar la pota por la carretera vieja, a cocinar en una camping gas, a sobrevivir a la posguerra y al No-Do. Nos hemos vuelto fofos y no será porque no nos den oportunidades para ensayar lo de ponerle buena cara al mal tiempo.

Ahora la cagalera nacional es que los catalanes se quieren mandar a mudar. Y como son tan listos los jodidos van a aprovechar cuando cierren el Congreso y el Senado que será en octubre. Artur Más saldrá al balcón del ayuntamiento, como Companys en octubre de 1934, para declarar el Estado Catalán independiente, seguramente con el mismo resultado que la primera vez.

La cosa es saber si a los de la plataforma por la independencia se les ha ido la olla o lo que quieren es provocar una intervención militar en Cataluña para ponerse delante de los tanques, como los estudiantes chinos en Tiananmen, y salir en televisión en plan héroes. Ya les aviso yo que si alguien se pone delante de un AMX30 que vaya haciendo testamento, que ese bicho le pisas el freno en Güimar y empieza a parar en Adeje.

Pues eso. Que está mucha gente con el susto en el cuerpo. Que si esto es el fin, que si se va a liar parda, que si disolver la autonomía catalana va a provocar una guerra...Mira que nos gusta ponernos trágicos. La realidad es que aunque pase de todo no va a pasar nada. Si siguen con el rollo separatista, a Más y Junqueras y a toda la peña les va a caer la del pulpo. Y mira que están avisados. Porque no hay más que ver el pulido que le han dado los poderes del estado central a los de Convergencia. Por listos.

Si los independentistas catalanes la lían, Mariano Rajoy se volverá multiorgasmico. Normal porque lo van a poner en casa. Habrá que ver a ese hombre, envuelto en la bandera rojigualda y gritando "Santiago y cierra España" como el Capitán Trueno. Entre el acojono nacional por un lado y la exaltación patriótica por el otro, al PP le van a salir los votos por las orejas. Y si mandan a la Acorazada Brunete para que se de una vuelta por la Ciudad Condal -con lo que casi que tendrían que estar saliendo ya, si quieren llegar en Navidades- es que ni te digo. Lo que la crisis le quita al PP por un lado, una panda de tortolines se lo da por el otro. Rajoy manosea de lo más feliz la idea de conseguir una aplastante mayoría a pesar de habernos majado a impuestos durante cuatro años. Y todo porque Artur Más le va a hacer gratis la campaña electoral. Es ya no es tener potra, es tener toda una cabaña ganadera.

Y encima tendremos tema para nuevas series de televisión para un montón de años.