Las palas empezarán a trabajar en el movimiento de tierra en el Circuito del Motor entre principios y mediados de octubre. Al menos esos son los cálculos del concesionario de la instalación deportiva que se construirá en Atogo (Granadilla), según apunta el intermediario y portavoz del proyecto, Giuseppe Carta.

Carta sostiene que hasta ahora se ha venido trabajando en las mediciones previas a ese movimiento de tierra para allanar el terreno, que ya tienen "casi acabadas". Resta a partir de ahora que el Cabildo tinerfeño designe a un arquitecto para que, junto a los técnicos de la adjudicataria, realice comprobaciones de esos cálculos y, posteriormente, den comienzo las obras en sí, que se extenderán por 21 meses.

El objetivo de Carta es que en el transcurso de esta semana pueda quedar resuelto el nombramiento de ese arquitecto insular, así como unos trámites con los inversores de la empresa italiana Axia para cerrar la aportación económica necesaria para el proyecto. Para ese último aspecto, miembros de esta entidad se encuentran en la Isla y hoy tienen previsto un encuentro.

Con respecto al fleco que queda pendiente con la institución insular, el intermediario señala que ya ha hablado con la consejera de Deportes, que es el Área que ahora se encarga de la instalación, en contraposición al anterior mandato, en el que se ocupaba de este asunto el ahora exconsejero Eduardo Pintado.

Otro de los aspectos en los que se detiene Giuseppe Carta es en que ya tienen contratadas a las empresas que realizarán el movimiento de tierra; los trabajos de asfaltado; la construcción de boxes, oficinas y otras instalaciones, y el vallado, que debe acabar aprobando la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). Según pone de relieve, en todos los casos serían empresas de Tenerife, y solo para la valla se desplazarán hasta la isla técnicos de otros países.

Concretamente, el complejo resultante ocupará 1.322.341 metros cuadrados que proceden de fincas adquiridas por el Cabildo, y conllevará una inversión total próxima a los 30 millones de euros, que sufragarán los concesionarios a cambio de la explotación por espacio de 35 años, prorrogables otros cinco más.

A inicios de verano, los encargados de la infraestructura explicaron que tienen previstas diferentes modalidades de escuelas de conducción; un centro "de vanguardia" de conducción segura; el Racing School, dirigido a los entrenamientos y las carreras; cursos de velocidad para pilotos; la posibilidad de que particulares puedan utilizar la instalación deportiva con sus propios coches, o una escuela para mecánicos de coches y motos de competición.

Ese es el objetivo final de un proyecto que ya tiene una larga historia, fruto de años de retrasos, una presentación en fechas próximas a las elecciones y algunas dudas tras la imputación de dos personas vinculadas a él.