Tres cuadros de Leonardo da Vinci son el motor de arranque de "El último Dios viviente", el estreno literario del orotavense Juan Luis Díaz Díaz. "La Anunciación", "La última cena" o "San Juan Bautista" son las composiciones sobre las que crece un texto con las características de un ensayo que termina evolucionando al género novelado. "Me interesa reconocer la escritura pictórica de Leonardo da Vinci", avanza el tinerfeño sin obviar un dato que acabará siendo muy relevante en su investigación. "Me he preocupado por conocer datos relevantes de esas pinturas", remarca el autor de un texto que se presentó el sábado 13 de septiembre en el Ayuntamiento de Güímar y que ha sido editado por Círculo Rojo.

"Cuando estuve en el Louvre no me llamó la atención nada de lo que vi en La Gioconda; una obra que casi todo el mundo puede reconocer, pero que a mí no me transmitió nada más allá de un simple retrato", apostilla el tinerfeño en un momento de la entrevista en el que cobra una dimensión superior el contenido del "San Juan Bautista". "De Leonardo da Vinci se ha escrito y hablado muchísimo, pero hay aspectos conectados con su religiosidad que aún están en el aire. Se sabe, no obstante, que no era cristiano. Eso es una obviedad en el análisis de los elementos de sus cuadros".

Más de siete años ha empleado Díaz Díaz en dar volumen a una trama que trata de evitar que la ficción anule a la investigación. "Yo no me he inventado nada. Todo lo que está en este libro son estudios que he tratado de justificar a través de una técnica que explico en el inicio del mismo", precisa el canario en referencia a un juego de transparencias que generan un efecto espejo sobre las pinturas y a partir de las cuales se pueden observar imágenes tan sorprendentes como la aparición de lo que muchos asocian con el Santo Grial en forma de cuenco.

"En el San Juan Bautista de Da Vinci hay elementos que no forman parte de la iconografía religiosa que definen tradicionalmente a un personaje tan importante para el cristianismo... Si esa obra se analiza con cierta distancia y se tiene en cuenta su representación es fácil entender por qué no fue adquirida por la Iglesia y sí por la realeza francesa", declara un aficionado a la interpretación del lenguaje oculto de los pintores. "El ensayo no tiene más de 30 páginas y lo abordo desde un posicionamiento próximo a la Edad Media, mientras que la parte novelada obligatoriamente hay que montarla a raíz de los conocimientos que nos pueden transmitir los conservadores que trabajan habitualmente con este tipo de obras de artes: Leonardo da Vinci es la excusa para entrar en otro mundo", dice.

"En La Anunciación, por ejemplo", hay pistas que conducen a los estudiosos hasta un posicionamiento de duda. ¿Por qué siendo un cuadro de estas características aparece un muro abierto (o partido) a la mitad, que es algo que simboliza que la mujer no conserva la virginidad", revela Díaz Díaz en un tramo de la entrevista en el que anuncia que todo el trabajo acumulado hasta la fecha lo piensa divulgar en otros dos textos que van a completar una trilogía. "En el libro no se habla de Da Vinci, sino de lo que hay en su pintura... Muchos de los aspectos que se detallan en este trabajo fueron desarrollados a partir de los conocimientos que acumulé leyendo El libro de los símbolos", cita un escritor que se gana la vida como artesano. "Yo no tengo una formación especializada, pero sí me interesa mucho conocer qué es lo que se esconde en una pintura. En este sentido, el de Leonardo da Vinci sigue siendo uno de los grandes misterios de la historia", defiende sin dejar de recomendar que "a este autor hay que estudiarlo con una mirada de la época, es decir, hay que saber cuáles fueron las circunstancias entonces porque la reinterpretación que podemos realizar hoy de un mismo hecho es completamente distinta", concluye un autor que hasta la fecha no se había atrevido a publicar su primera obra: "Ya escribo la segunda entrega".