El exministro de Finanzas griego Euclides Tsakalotos reconoce que el Gobierno sufrió una derrota ante los acreedores pero considera que el acuerdo de rescate firmado da margen para aplicar políticas de izquierda y que la lección principal debe ser ante todo que merece la pena luchar.

"Hemos sufrido una derrota, pero tenemos que abordar esta cuestión políticamente. Cualquier compromiso, cualquier acuerdo, puede llegar a ser mejor de lo que parece si se logra incorporarlo en una estrategia global", sostiene Tsakalotos en una entrevista realizada mediante cuestionario.

Para el exministro, quien firmó el tercer rescate de Grecia, lo importante es plantearse si vale la pena luchar por las cuestiones que han quedado pendientes en el acuerdo, como el problema de las deudas morosas de los bancos o la restauración de los convenios colectivos, y al mismo tiempo aplicar algunos medidas con la "marca" izquierdista, en la educación, la salud o la economía social.

Tsakalotos recuerda que el Gobierno de Alexis Tsipras ya introdujo algunas medidas abocadas a impulsar la demanda, como la que permitió a más de 250.000 personas recuperar el acceso a la electricidad o a acceder gratuitamente a productos de primera necesidad, leyes que sirvieron para "mostrar las prioridades sociales y políticas" del nuevo Gobierno, pero que "obviamente, no son suficientes".

Tanto Tsipras como otros miembros de su Gobierno han defendido repetidamente que uno de los motivos por los que el Gobierno de izquierdas debe continuar es para evitar que los conservadores acaben teniendo razón cuando decían que Syriza tan solo constituirá un "paréntesis" en la historia de este país.

Uno de los principales argumentos esgrimidos por Tsakalotos para justificar su permanencia en Syriza -fue uno de los críticos con el modo en que Tsipras optó por convocar elecciones anticipadas- ha sido precisamente que hay que evitar ese paréntesis.

Reconoce que "existe el riesgo" de quedarse en breve episodio de la historia, pues "al asumir el poder gubernamental en tiempos desfavorables, se arriesgan derrotas que podrían desacreditar a la izquierda por un largo tiempo".

No obstante, cree que también sería arriesgado retirarse de la escena política "solo para preservar la identidad de izquierda, para que esa identidad nunca se vea empañada, porque nunca se pone a prueba en la práctica".

"Una izquierda honorable pero impotente no es una perspectiva atractiva", recalca.

En relación con la presentación del Gobierno de Syriza en las negociaciones, no comparte la apreciación de que el equipo en torno al entonces ministro de Finanzas Yanis Varufakis y a él mismo como principal negociador actuaran con ingenuidad al pensar que podrían imponer su programa a los acreedores.

"No estoy seguro de que fuéramos ingenuos; siempre fuimos conscientes de que las negociaciones iban a ser muy difíciles. Lo que probablemente no apreciamos lo suficiente fue que el Grexit, que algunos en la izquierda veían como un plan B si el plan A fallaba, también fue la opción preferida de algunas de las fuerzas más hostiles al gobierno de Syriza. Obviamente, esto complicó las cosas considerablemente", explica.

Para Tsakalotos, quien en las elecciones del próximo domingo se presenta como cabeza de lista en una de las circunscripciones de Atenas, una de los efectos importantes que tuvo la negociación es que hubo "un reconocimiento de que el Gobierno griego negoció en serio y de que se le trató mal en muchos aspectos".

"Esto ha cambiado la concepción de los pueblos sobre Europa y ha incrementado el apoyo para un transformación de Europa. Es importante que la gente en la izquierda lo reconozca y continúe la ''buena batalla'', de lo contrario habrá fuerzas de la derecha radical que serán las principales beneficiarias", afirma.

Aunque siente -"incluso mucho"- el peso de la responsabilidad por el efecto negativo que pueda tener la derrota griega sobre otros movimientos de izquierda en Europa, y en particular en España, subraya que es importante tener claro que "la transformación social se hace durante un largo período, con fracturas en el camino, períodos en los que se avanza y otros en los que se retrocede".

"Lo más importante de todo es que la izquierda imprima su huella", dice este político, quien considera que la conclusión que debe extraer la izquierda española "no es que Syriza falló, sino que lo intentó y tuvo éxitos y derrotas" y que la izquierda europea "en su conjunto puede hacerlo mucho mejor".

Aunque proviene de la corriente más izquierdista dentro de Syriza, Tsakalotos, nacido en 1960 en Holanda y criado en el Reino Unido (llegó a Grecia con 33 años), logró desatascar las negociaciones en Bruselas, y su actuación fue calificada de moderada a la vez que eficaz.

En julio, el marxista Tsakalotos firmó el tercer rescate de Grecia.