Queridos sufri/aficionados: Recién iniciada la Liga se han producido resultados tan explosivos y llamativos que tengo que volver a aquella teórica en la que no hablaba de fútbol, sino de avaricia e insolidaridad. Uséase, sobre esta idiosincrasia española que estropea el deporte rey.

Y esta vez lo hago con recientísimos ejemplos con los que creo demostrar que la Primera División española no es la mejor liga del mundo. Opinión muy personal que la llevo proclamando hace más de cinco años y que ahora empiezan a aceptarla, tímida-mente, algunos periodistas que hace poco decían todo lo contrario.

Sin embargo, otros que escriben en los mejores diarios deportivos peninsulares siguen erre que erre. El argumento, más o menos generalizado, se lo resumo así: "Resulta paradójico que nuestra Liga, siendo la mejor del mundo, y, con cinco equipos en la Champions League, no es la que más cobra porque la Premier inglesa lo hace mejor con su perfecta administración y comercialización". En esto último tienen razón. Y es que los ingleses son los ingleses.

Pero en cuanto a "la mejor del mundo" pregunto: "¿Cómo puede ser una compe-tición la mejor de nada, en la que antes de comenzar ya se sabe de antemano quiénes son los dos (2) equipos que van a quedar campeón y subcampeón?".

A ver si me explico: una liga competitiva con veinte, digámoslo así "opositores", necesita que al menos un 30% esté en condiciones de obtener el título. Es en ese escena-rio cuando aparecen la competitividad, la pasión, el morbo, las dudas, las sorpresas y, por supuesto, la buena o mala suerte. (Arbitrajes aparte).

Pues bien; si se fijan, todos esos condicionantes los está cumpliendo a la perfección la Liga Adelante que es, ni más ni menos, la hasta hace poco denostada Segunda División A, repartida por toda España. Ahí se produce una lucha equilibrada desde el principio porque todos los equipos conforman una piña compacta con poca diferencia de puntos y en la que a medida que avanza la liga, lógicamente, se van separando los mejores. Pero formando un numeroso grupo con posibilidades de subir a Primera. Y así, llegamos a las jornadas finales en las que hasta en los minutos de alargue no se sabe qué equipos subirán y cuales se escaparán del "pozo sin salida".

El pozo sin salida denomino yo a la Segunda B (eufemismos aparte, una tercera división) que es otro maléfico invento hispano como diciendo: "además de bajar a Tercera, te jodes en ese lodazal". Apasionamiento y nervios pues, a más no poder.

Por el contrario, en la Primera División a mitad de la liga -si no antes- ya se sabe, ¡casi matemáticamente!, quiénes van a ser los dos primeros equipos y, con mucha suerte, un tercero en discordia. Y, perdón, pero no encuentro otra expresión, cuáles son los "teloneros" que cogerán Champions o UEFA. De tal forma, que todo el morbo se reduce a fijarnos en la cola para ver qué equipos bajan y ponerse de los nervios para ver quiénes consiguen su único objetivo durante años y años: seguir sufriendo, jornada tras jornada, en la denominada División de Honor.

Esta sentencia mía, claro está, no la compartirán los seguidores del Real Madrid, los del FC Barcelona y, de vez en cuando, los del Atlético de Madrid. Es decir, este servidor de ustedes contra toda la España futbolera. Pero, por la parte que me toca, yo que soy optimista y con una moral de hierro, les invito a esta reflexión: "¿Se imaginan ustedes lo que es ir a tu campo de fútbol para ver a tu equipo representativo y, nada más empezar la liga, tener como única, endeble, dudosa y tímida esperanza, el "no descender"? Es muy duro, ¿verdad? Pues, eso.

En el próximo, si no me pasa nada, continuaré con los ejemplos que les dije al principio.

*Socio de tribuna nº 1.346 y ADN (analista deportivo nacional)