Las autoridades de Rumanía han instalado dos campamentos temporales de refugiados cerca de la frontera con Serbia y han llevado a cabo misiones de prácticas para poner a prueba su preparación ante la posible llegada de desplazados, según ha informado el Ministerio del Interior rumano.

Los países del sureste de Europa están haciendo frente a la llegada de decenas de miles de refugiados que huyen de la guerra y la pobreza en Oriente Próximo, África y Asia, con la mayoría de ellos intentando llegar a los países del noroeste del continente.

La situación ha derivado en un incremento de las tensiones y las críticas entre los países europeos, así como al cierre de fronteras nacionales. Siguiendo el cierre de una de las rutas, los inmigrantes buscan otras para poder continuar su camino.

"Pese a que Rumanía no está sufriendo la presión migratoria, estas acciones son necesarias para comprobar nuestra capacidad de reaccionar a las dinámicas regionales", ha explicado el viceprimer ministro rumano, Gabriel Oprea.

Los campamentos han sido establecidos cerca de las localidades de Lunga y Stamora Moravita, en el condado de Timis. Las autoridades han puesto en práctica los procedimientos de priorización, registro, toma de huellas dactilares e identificación de los recién llegados.

Rumanía convocó esta misma semana al embajador de Hungría en el país a consecuencia de la decisión de Budapest de extender su valla fronteriza, un plan que ha sido descrito por el Ministro de Exteriores rumano, Bogdan Aurescu, como algo "autista e inaceptable".

En respuesta, su homólogo húngaro, Peter Szijjarto, afirmó que "se debe esperar más modestia de un ministro de Exteriores cuyo primer ministro (Victor Ponta) está imputado (por blanqueo)".

Será la primera vez que un primer ministro de Europa del Este en el cargo vaya a juicio por corrupción. Ponta ha insistido en que agotará su mandato, ha negado los cargos y ha acusado en su cuenta de Facebook a la Fiscalía de manipular el caso.