El antiguo acuartelamiento donde el Ministerio de Defensa tiene previsto acoger a 80 refugiados sirios tiene edificaciones con capacidad para cerca de un millar de personas, tal y como demuestra el hecho de que durante décadas fue utilizado al unísono como cuartel para cientos de militares, entre soldados de reemplazo y mandos.

El Fuerte fue en realidad una pequeña "ciudad", donde convivieron jóvenes de La Palma, de otras islas y también llegados de diferentes ciudades de la Península. Cuando la "mili" era obligatoria, el acuartelamiento llegó incluso a dar "vida" a la propia capital. Fueron los años "gloriosos" de las discotecas Gorka y el Chita, que recuerdan aquellos que ya pintan canas, donde acudían, sobre todo los fines de semana, adolescentes residentes y también foráneos. Eran otras épocas.

El acuartelamiento, que se ha mantenido en perfectas condiciones al haber sido convertido primero en el Centro de Formación de Tropas de Canarias y ahora en apenas una pequeña unidad militar, cuenta con diez naves de grandes dimensiones, que antaño se dedicaban para acoger a cinco compañías de soldados, además de los alojamientos para los mandos, oficinas, talleres, un campo de tiro, el comedor, dos bares, una peluquería, un espacio abierto que se utilizaba como "pista" americana... disponía incluso, todavía está, de una cancha de baloncesto y de hasta una piscina olímpica (o casi).

El Fuerte, sin embargo, ya no es lo que era. Están las edificaciones bien conservados, pero en su momento fue prácticamente desmantelado. Además de tener que despedir a los trabajadores civiles que daban un servicio básico para los reclutas, se "perdieron" algunas camas, taquillas, ropa de cama...

Los 80 refugiados que tiene previsto acoger el Ministerio de Defensa en La Palma apenas ocuparán, en caso de que se confirme, una de las naves que se utilizaban para los soldados, además de compartir el recinto con una unidad militar.

El problema de la llegada de los refugiados a la Isla, en un acto de humanidad, no radica por tanto en una falta de espacio en El Fuerte. Todo lo contrario. Sí existen dudas entre las instituciones públicas y en un amplio sector de la población acerca de la financiación para cubrir las necesidades de los acogidos, el tiempo que se prolongará esa situación, seguridad y, para qué engañarse, las quejas sociales que se han planteado por la falta de apoyo que, por el contrario, reciben los lugareños que con la crisis se han quedado prácticamente sin nada.