La diseñadora palmera Paloma Suárez fue protagonista el pasado martes en la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week, conocida hasta 2007 como Pasarela Cibeles, la principal plataforma de moda en España, con una colección rica en colorido, de estilo casual pero tremendamente elegante, y, sobre todo, íntima, con frases que invitan al optimismo frente a las dificultades cotidianas.

La joven modista, pero con una madurez desbordante tanto en lo personal como en sus diseños, presentó sobre la pasarela de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid su colección de primavera-verano "Impossible", dentro de EGO para diseñadores emergentes, y fue halagada por la critica especializada.

Un día después de tocar la "gloria", Paloma Suárez reconoció a EL DÍA que durante el desfile vivió "una sensación tan mágica que cuesta describirla. En ese momento, ni siquiera fui consciente de lo que estaba haciendo, de lo que estaba consiguiendo. Estaba en una nube de felicidad. Ni siquiera estaba nerviosa ni preocupada por lo que pudiera suceder o por el efecto que pudiera causar".

La realidad es que "me sentí muy orgullosa con el trabajo y lo único que quería era que la gente, en la medida que fuera posible, lo disfrutase, lo sintiese muy personal y muy íntimo; que cada uno lo asimilara como suyo, propio, y estoy encantada porque todo lo que me han transmitido me dice que ha sido un trabajo que ha gustado mucho".

Al ser cuestionada por el estilo de sus diseños, Suárez señaló que "estamos acostumbrados a ver sobre la pasarela cosas muy estructuradas, arriesgadas, con técnicas que igual son difíciles de llevar a la calle. Esos diseños luego se adaptan para hacerlos más comerciales, pero lo que se busca en la pasarela es transgredir, hacer prensa y editoriales". Sin embargo, "yo lo que quería era que a través de las siluetas simples y urbanas pudiese meter mucho color, también le di mucha personalidad apostando por estampados pintados a mano, y luego, los mensajes reivindicativos que fue lo que le dio la "chicha", por así decirlo, a la colección".

La diseñadora palmera "coló" en sus diseños mensajes tan atrayentes como "Never give up" (Nunca te rindas) o "Work hard and stay humble" (Trabaja duro y mantente humilde). A propósito, subrayó que "es una colección muy, muy, muy personal. Son frases sacadas de mis propias vivencias. Estaba en un momento negativo y quise cambiarlo radicalmente porque me di cuenta de que ese no era el camino por el que debía ir. Quise darme unas dosis de motivación a mí misma y que esas dosis pudieran servir de ayuda a los demás. Pienso que estamos muy sumidos en la crítica, en los malos momentos, y no intentamos disfrutar de las cosas buenas. También creo que somos poco luchadores. Nos rendimos a la primera de cambio y hay que luchar por lo que queremos. Fue, por tanto, una crítica general, una motivación, una dosis de optimismo y, también, una ayuda personal que quise trasladar a los demás".

¿Y a partir de ahora? "Esto es un no parar. Ayer (por el martes) me bajé de la pasarela con primavera-verano y ya hoy tengo que estar pensando en otoño-invierno, pero eso también es un lujo. Poder estar ya metida en este círculo es un lujo y estoy encantada. También me gustaría internacionalizar los productos. Me gustaría llevarlos a Londres, donde creo que se podrían ubicar muy bien. También he abierto mi tienda online e incluso pienso en hacer pequeñas colaboraciones que me permitan, por supuesto, continuar con Paloma Suárez, que cuando tenía 12 años era un sueño y ahora es una realidad que quiero potenciar y crecer lo máximo que pueda con ella. Por muchas ofertas que me puedan hacer, nunca la dejaré de lado".

Pero en realidad, ¿se vive de la moda?. Paloma Suárez admite que "cuesta", ya que "es un mundo muy duro, difícil, con muchísima competencia. Cuando comencé a estudiar moda todavía no estaba muy socialmente establecido el hecho de que una persona corriente, normal, de familia humilde, sin apellidos, pudiera estudiar moda. Esa idea ha cambiado y mucha gente se está atreviendo. Ahora hay muchísimas personas que estudian moda, con muchos sueños, muchos ideales y mucho talento, y la competencia es máxima. Todo el mundo quiere llegar al mismo sitio, donde solo nos encontramos ubicados ocho". Resumiendo: "Vivir de la moda es complicado, pero personalmente no me puedo quejar. No hay que tener solo mente creativa sino también de empresario, de marketing, de negocio, conectar con el cliente y saber que no vivimos en los mejores momentos económicos, por lo que hay que adaptarse a un precio que el público pueda pagar aunque se gane un poco menos. Afortunadamente, tengo unos clientes maravillosos, que me quieren un montón y que me apoyan desde el minuto cero. No soy multimillonaria, pero vivo perfectamente".