Son más de un centenar de vecinos que residen en unas 70 viviendas de Vicácaro, un pueblo de Granadilla de Abona. No tienen agua potable desde que viven en el lugar, hace ya más de un cuarto de siglo. "Son muchos los años que llevamos demandando una solución a este problema que causa frustración y perplejidad a los afectados".

Lo asegura el presidente d ela Asociación de Vecinos Vicácaro, Clemente Barreto, quien señala que la población afectada es la que habita en las calles Barranquillo, El Bosque y Erjos. Este colectivo mantuvo "muchas reuniones" con el alcalde y con el concejal de Servicios, Jaime González y Juan Rodríguez, respectivamente. La última, en mayo pasado. "El regidor se comprometió con todos los presentes a que el problema estaría resuelto antes del verano, compromiso que lleva adquiriendo desde hace cuatro años y que sigue incumpliendo".

Los vecinos han entregado al gobierno municipal la documentación solicitada "sin recibir respuesta alguna aún de ninguno de los responsables públicos". Es más, Clemente Barreto asegura que el alcalde se negó a recibirle el pasado 31 de agosto estando a la puerta de su despacho.

Los afectados, "impotentes y cansados", muestran su "rotundo enfado porque nos sentimos engañados". Los vecinos explican que han tenido que costearse cubas de agua para cubrir sus necesidades básicas, como el aseo personal. "Esta situación es límite y el alcalde se esconde tras un supuesto informe de Sanidad".

El concejal de Obras y Servicios reconoce que, en principio, no dispusieron de agua "porque eran pocas casas, aisladas y no tenían necesidad de suministro porque la mayoría tenía agua de galerías". El retraso en las obras se debe "a los permisos que hubo que conseguir, como el de muchos propietarios, Cabildo y otros". Posteriormente la adjudicataria de la obra entró en concurso de acreedores, lo que retrasó aún más la obra. Una vez colocada la tubería, las pruebas realizadas permitieron detectar pérdidas, por lo que se ha requerido a la reparación. La última prueba se realizó la semana pasada y ahora todo está a expensas de los resultados de la analítica que la próxima semana se trasladará a Sanidad, ente que da la última autorización para el consumo humano. A partir de ahí se puede procederá a los enganches por parte de los vecinos.

El edil lamenta los retrasos y "entendemos a los vecinos, pero hemos sido los únicos que apostamos por la obra y la adjudicamos con un presupuesto de más de 300.000 euros. La obra de mayor presupuesto del 2013-2014".