Una noche, después de una entrevista, el autor del cartel del Carnaval 2016, Javier Torres Franquis, se desveló a las dos de la mañana y esbozó las líneas maestras de un diseño; no para una murga, sino para todo el Carnaval chicharrero.

En el cartel presentado anoche, en Plenilunio, Javier Torres Franquis va más allá al institucionalizar, al menos por un año, la marca Carnaval y pone en valor las señas de identidad: un chicharrero que se disfraza, al menos una vez en su vida, de arlequín. El profesor de la ULL encuentra en el chicharro el personaje emblemático de la ciudad y evita connotaciones sexistas. Y también referencias explícitas a una modalidad concreta. "Todas al menos una vez en su vida se han disfrazado de arlequín".

Autor de una veintena de trajes ganadores en Mamelucos y Mamelones, Javier Torres explica que "los elementos inspiradores han sido interpretados a partir de los carteles de la década de los 80". Y lo desmenuza: De Galarza, 1980 y 1981, tiene la presencia del personaje emblemático; de Néstor Bruno, (1982), el confeti representativo del gentío; de F. Delgado (1983), el personaje disfrazado y el antifaz; de Cuixart (1984), la composición en diagonal; de Manrique (1985), la paleta de colores con colores planos; de Pedro González (1986), el antifaz y la tipografía clásica de Carnaval; de Dokoupil, (1987), el concepto del mar y la isla; de Facundo Fierro (1988), el fondo azul, y de Javier Mariscal (1989), la tipografía de palo seco). El cartel 2016, "El chicharro arlequinado", es más representativo que polémico, del que su autor está muy satisfecho.