Las elecciones catalanas, con un récord histórico de participación, han dado una victoria independentista en escaños pero no en votos, lo que deja tanto el futuro del proceso secesionista de Artur Mas como su intención de volver a ser investido presidente de la Generalitat en manos de la CUP.

Si estas elecciones anticipadas fueron planteadas por el president Mas como un plebiscito sobre la independencia, sustitutivo del "proceso participativo" del 9N, las urnas han arrojado hoy una derrota en votos de las dos fuerzas que inequívocamente habían apostado por la secesión: Junts pel Sí y ERC.

Ambas formaciones secesionistas han sumado un 47,8% de los votos, mientras que por el bloque del "no" -si se leyera en clave plebiscitaria el resultado de hoy- ha emergido con fuerza Ciudadanos, una formación que irrumpió en el Parlament apenas hace nueve años y que esta noche, con 25 escaños, ya ha pedido nuevas elecciones autonómicas.

La candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha logrado triplicar los escaños respecto a 2012 y ha situado a la formación liderada por Albert Rivera como el segundo partido de Cataluña y fuerza emergente de cara a las próximas elecciones generales en España.

El resultado de Ciudadanos contrasta con el obtenido por Catalunya Sí que es Pot (Podemos e ICV) que ha logrado 11 escaños, los mismos que el PPC, lo que ha llevado al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, a decir que el resultado de las elecciones catalanas ha sido "claramente decepcionante".

El nuevo escenario político catalán presenta una victoria formal en escaños del independentismo, pero su traslación en clave de gobernabilidad arroja diversas incógnitas, tanto respecto a la viabilidad de la hoja de ruta marcada por Junts pel Sí como para la pretensión de Mas de ser investido president.

Si se tiene en cuenta CiU, ERC y CUP, los parlamentarios en 2012 eran 74, dos más que los resultados de hoy de la CUP y Junts pel Sí (72), mientras que el espacio independentista de CiU y ERC ha logrado un total de 1,5 millones de votos, cuando sumaron más de 1,6 millones hace tres años, con Unió entonces en la federación de Mas.

Pero sumando a la CUP, el total de votos del espacio independentista logrado esta noche, con el 99,39% escrutado, se eleva a 1,9 millones de votos.

La sesión de investidura del nuevo presidente de la Generalitat fruto de las elecciones de hoy deberá celebrarse, si se agotan todos los plazos, el 9 de noviembre, justo un año después de la consulta alternativa sobre la independencia de Cataluña.

Todos los focos estarán entonces sobre la CUP, una fuerza independentista y de izquierda radical, que remará a favor del proceso independentista, pero ya ha avisado esta misma noche a Mas que "nadie es imprescindible".

Con la actual aritmética parlamentaria, al menos un diputado de la CUP debería de votar a favor de Mas para que sea investido con mayoría simple y en segunda vuelta, pero el candidato de la CUP, Antonio Baños, ha recelado de esta opción a lo largo de la campaña.

En todo caso, para Junts pel Sí el candidato a la presidencia de la Generalitat sigue siendo Mas, en una lista variopinta, encabezada por el ecosocialista Raül Romeva y que cuenta con un 20% de independientes, un 50% de militantes de CDC u otros partidos vinculados y un 3 % de ERC o formaciones ligadas a Oriol Junqueras.

Y para quien busque señales en los primeros gestos vistos esta noche electoral, la primera voz que hoy ha hablado en nombre del Junts pel Sí no ha sido la de Mas, ni la de su número 1, Raül Romeva, sino la del líder de ERC, Oriol Junqueras, quien ha reivindicado una victoria en escaños y en votos, lo que englobaría implícitamente a los votos que pudieran interpretarse como de apoyo al denominado "derecho a decidir".