El intercambiador del Padre Anchieta recupera hoy su plena actividad tras finalizar los trabajos de repavimentación de la zona de las dársenas, que habían comenzado el pasado mes de marzo.

Realizadas en ochos fases para mantener operativos los servicios de la instalación, las obras ejecutadas se prolongaron algo más de lo previsto debido a las intensas lluvias caídas a finales de agosto y principios de septiembre, que retrasaron el proceso de fraguado del cemento y dificultaron las labores de impermeabilización, según informaron ayer fuentes de Metropolitano de Tenerife.

Estas fuentes explicaron que las zonas en las que se actuó a lo largo de estos meses se mantuvieron cerradas al tráfico de guaguas hasta que los ensayos pertinentes determinaron que tenían las condiciones óptimas para su reapertura.

A partir de hoy, y a falta de unos retoques de pintura, no solo estarán en funcionamiento todas las dársenas del intercambiador, sino que, además, regresará a su lugar original (la entrada principal a pie) la parada de taxis, que se había trasladado por las obras a la parte baja de la salida del parquin.

En estas obras, cuyo presupuesto se ha mantenido a pesar del retraso, el Cabildo de Tenerife ha invertido alrededor de 480.000 euros.

En todo este tiempo, y a pesar de los trabajos que se ejecutaron, el intercambiador siguió funcionando sin ningún tipo de problema.

Lo que se hizo fue "recolocar" los vehículos en el resto de dársenas de la instalación y en un tramo de la calle Ángel Guimerá Jorge, la calle paralela a la vía del tranvía.

Según se indicó en la presentación de las obras, el pasado mes de marzo, el nuevo pavimento que se iba colocar era más resistente que el anterior.

También se dijo en ese momento que la idea era que las obras estuvieran finalizadas antes de que finalizara el primer semestre del año, cuestión que no se pudo cumplir por las razones expuestas.