El director del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables de Tenerife (ITER), Manuel Cendagorta-Galarza, eclipsó ayer buena parte de las jornadas sobre grandes infraestructuras en el sur de la Isla organizadas por el Círculo de Empresarios y Profesionales de la comarca (CEST) y desarrolladas en las instalaciones que dirige. Lo hizo con un anuncio que, con perspectiva histórica y dado que tampoco se aportaron muchas novedades sobre la planta gasificadora, el puerto de Granadilla, el aeropuerto o el polígono industrial, puede resultar hasta revolucionario porque supone un reto nunca desarrollado antes en el mundo con una población como la canaria, de más de dos millones de personas. Una población a la que se pretende secuenciar su ADN en un plazo de 10 años a comenzar en 2016.

Para hacerlo posible, el ITER usará su súper ordenador, pero requiere otro aparato que cuesta un millón de euros y que debe adquirir en EEUU. El máximo responsable del ITER ya ha indicado al Cabildo la necesidad de disponer de ese dinero en 2016 para comenzar, si bien la iniciativa necesita mucho más. De hecho, y según declaró a EL DÍA, calcula unos 10 millones de euros por año, lo que hace un total de 100 millones.

La gran finalidad de esta secuenciación del ADN será sanitaria. Según recalcó en su ponencia, se trata de una información personal que cada residente podrá usar y entregar a sus médicos de ser necesario por cualquier circunstancia. Por eso, pretende implicar al máximo a la consejería regional de Sanidad y al resto de administraciones para lograr seguridad financiera para un proyecto que, según remarca, nunca se ha desarrollado a esta escala y que requerirá también equipos y profesionales de fuera. Hasta ahora, una secuenciación de este tipo solo se ha hecho en Islandia, pero para una población mucho menor y no por finalidades médicas. Según explica, solo se necesitaría obtener muestras de saliva, proceso que se iría haciendo en función de los recursos.

Cendagorta-Galarza anunció, además, una gran planta autosuficiente energéticamente y a disposición de empresas. Apostó por eliminar trabas al autoconsumo de energía fotovoltaica, algo que cree que caerá por su propio peso, y resaltó que trabajan en geotermia para detectar dónde colocarla, en la elaboración de drones con votovoltaica en sus alas y en un sistema de reconocimiento facial para Cruz Roja, muy interesada en saber en África quién entra o no en los ambulatorios de campaña.

Recordó también las aportaciones del cable alternativo al de Telefónica que conecta con la Península o el que lo hace con más de 20 países de África. Entre los parques eólicos, se prevé dos más en el polígono y otro en el vertedero de Arico.