La Gomera celebra las fiestas de su patrona, la Virgen de Guadalupe, con una misa hoy, a las 12:30 horas, en la ermita de Puntallana, seguida de la procesión de la venerada imagen. Por la noche, a las 19:00 horas, en el parque Las Eras, podrán ser saboreados los vinos gomeros, para más tarde, a las 21:00 horas, en la plaza de la iglesia de La Asunción, disfrutar de la alegría del festival folclórico.

Según la Asociación Nuestra Señora de Guadalupe, en el siglo XVI un navío en ruta hacia América pasó cerca de la isla de La Gomera. Sus tripulantes advirtieron en tierra muchas luces brillantes que salían de una cueva. Atraídos por ello descendieron a tierra y encontraron en la cueva una pequeña imagen de la Virgen María con su hijo en brazos. La trasladaron al barco. Pero por más que lo intentaban no podían navegar. Devolvieron la imagen al mismo lugar que la encontraron. Se dirigieron al puerto cercano de San Sebastián, informando a las autoridades de lo sucedido. Todos fueron al lugar, llamado Punta Llana, donde se le construyó una ermita.

Los historiadores dicen que su ermita está en una marisma a la que se accede en pequeños barcos de vela. No está claro el origen de la advocación de Guadalupe para esta imagen, es probable que fuera proclamada con esta advocación guadalupana debido a las buenas relaciones entre el primer conde de La Gomera, Guillén Peraza de Alaya y Bobadilla (quien edificó la ermita) y el monasterio de Guadalupe en Cáceres.

La escultura, de color moreno, es de unos 25 centímetros de altura, flamenca del siglo XVI, creyéndose que es de procedencia sevillana, aunque algunos expertos atribuyen su origen en la ciudad de Malinas (actual Bélgica).

La Virgen Madre se presenta con el cuerpo ligeramente arqueado (típico de las imágenes góticas), mientras el Niño Jesús la abraza levemente, estando éste de perfil. La imagen fue restaurada por el escultor orotavense Ezequiel de León, conocido por su restauración de la imagen de la patrona de Canarias, la Virgen de Candelaria en Tenerife. Durante esta restauración se descubrió su primitivo manto oculto por los repintes posteriores que le fueron practicados a la talla.

En su mano izquierda, la Virgen lleva un ramillete de flores doradas. Son un total de seis flores en cuyo centro cada una de ellas lleva una perla. Al parecer, se trata de un ramito de salado, planta que ocupa un importante papel en las celebraciones que se le dedican a la Virgen. Debido a la poca estatura de la imagen, y con el fin de realzarla, fue colocada sobre varios escabeles pintados de diversos colores: marrón, azul, rojo y verde, llevando este último el escudo de la Isla.

Cabe destacar que la pequeña talla consigue también mayor realce gracias a la corona. Tanto la de la Virgen como la del Niño están realizadas en plata y culminadas con unas pequeñas cruces. La Virgen, además, cuenta con el añadido de una aureola en forma de sol, con doce estrellas, en cada uno de sus extremos. Pese a no ser una imagen de vestir, generalmente aparece vestida con un manto que le cubre la espalda, mientras el resto del cuerpo frontal permanece visible.

La Virgen fue coronada canónicamente el 12 de octubre de 1973, día de La Hispanidad, habiendo sido coronada el mismo día, pero 68 años antes, la Virgen de Guadalupe de Cáceres. El rito de la coronación lo realizó el obispo de Tenerife Luis Franco Cascón, y actuaron como padrinos el Gobernador Civil de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife y su esposa.

Dicha coronación se realizó coincidiendo con la Bajada Lustral del año 1973, siendo un acto multitudinario en donde, según la prensa de la época, se congregaron en San Sebastián "más de la mitad de los habitantes de La Gomera", sin contar a los visitantes de distinta procedencia que acudieron a la Isla por ese motivo.

En 1964, la imagen de Guadalupe realizó una peregrinación extraordinaria con motivo de la construcción del Seminario Diocesano Nivariense, recorriendo toda la Isla, y el pueblo catándole: "Virgen de Guadalupe,/morenita agraciada,/todo tu pueblo te aclama/Gomera de Puntallana".

Peregrinaciones similares ocurrieron en las demás islas de la Diócesis de Tenerife con sus respectivas patronas.