La asociación de veterinarios NetAP (http://netap.ch/) ha utilizado la plataforma change.org con el objeto de buscar apoyos para solicitar a la Consejería de Sanidad del Cabildo de La Palma los permisos necesarios para poner desplazarse a la Isla para la esterilización de animales abandonados, y aquellos propiedad de personas con escasos o nulos recursos.

Este colectivo no busca dinero. Ya ha sido capaz de recaudar por sus propios medios la financiación necesaria para su desplazamiento, hospedaje y medios materiales para la esterilización gratuita. Simplemente quieren que se les permita realizar una labor marcada por la generosidad.

En la petición en change.org se advierte de que "se ha estado intentando conseguir los permisos necesarios desde abril y se les acaba el tiempo. Si no consiguen poder venir, los fondos recaudados por ellos para los animales de la Isla serán utilizados en otro lugar del mundo donde sean mejor acogidos".

El equipo que desea venir a ayudar a los animales de La Palma "se encuentran encabezados por la Doctora Elizabeth Goldinger, una veterinaria con mas de 20 años de experiencia ( ver www.tezetag.ch), cuatro veterinarios y dos ayudantes, incluyendo un anestesista". "Ellos están dotados de todo el equipo necesario, tienen acceso a una clínica local para realizar las operaciones y cuentan con los fondos y la voluntad para pagar por todos los servicios y medicamentos que sean necesarios a nivel local. Ningún dinero esta saliendo de la Isla para este programa, al contrario, ellos están costeándose todos los gastos", se refleja en una búsqueda de apoyos que ayer contaba con 250 firmas.

Un grupo de mujeres, una veterinaria y el resto ayudantes, ya se desplazaron en 2014 a la Isla desde Suiza con el objetivo de esterilizar a los animales de compañía de las familias sin escasos recursos, una labor que fue aplaudida en la zona de El Remo. Sin embargo, el Colegio Oficial de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife no reaccionó bien a la campaña y denunció las condiciones supuestamente tercermundistas en el que se estaban llevando a cabo las operaciones. Eso sí, ningún animal murió y nadie pagó ni un euro.