Que mejor que comenzar un curso escolar viendo a nuestros hijos llenos de ilusión y con la perspectiva de que una aptitud positiva siempre será más proclive al conocimiento y al aprendizaje, no sólo de materias curriculares, que también, sino al descubrimiento de valores y de actitudes sociales que, sin duda, les reportará el día de mañana oportunidades laborales, pero también un bagaje personal que les servirá para ser mejores ciudadanos y, sobre todo, para afrontar nuevos retos; que, en definitiva, es de lo que se trata.

Pero para llegar a ultimar dicho fin es imprescindible contar con las oportunidades adecuadas. Porque no todos partimos hacia la meta con la misma mochila a cuestas. Y, precisamente, por ello, muchas personas, empresas e instituciones se dedican a llenar o a complementar en lo posible ese desfase inicial, para equiparar en lo posible lo que la vida y las circunstancias disponen casi siempre injustamente. Porque estamos hablando de la infancia, que es el soporte donde se asienta nuestro futuro; y si queremos que éste sea favorable hemos de apostar por ella.

Y hablando de mochilas, me llamó poderosamente la atención, hará de esto unos pocos días, una portada de EL DÍA donde aparecía una foto de una mochila que ocupaba casi toda la primera página y donde describía que se trataba de una aportación que La Caixa hacía a más de 12.000 niños que se encontraban en riesgo social; dicho de otro modo, que se hallaban en una indeseable e injusta situación de vulnerabilidad. Dicha entrega -la de la mochila y, dentro de ella, de cierto material escolar básico-, se enmarcaba dentro del programa "CaixaProinfancia" que dicha entidad viene desarrollando para ayudar a la infancia y a la educación.

Pero no sólo la Obra Social La Caixa se limita a estos gestos más o menos testimoniales, sino que, implicando directamente a todos los empleados de la entidad, y con la colaboración de otras entidades sociales canarias, lo que realmente intentan -y en la mayoría de los casos logran-, es proporcionar apoyo a las familias para contribuir en lo posible a su bienestar e impulsar de alguna forma el desarrollo de la infancia impulsando la educación, integración e igualdad de condiciones de todos los alumnos.

Para ello, no sólo contribuyen repartiendo por los diversos centros educativos las mochilas, sino que han proporcionado miles de prendas deportivas, así como han favorecido la distribución de audífonos, gafas, y apoyo psicológico, además de facilitar en lo posible una alimentación adecuada y defender una optima higiene infantil, además de apoyar el refuerzo educativo, y contribuir a mantener campamentos y diversas actividades lúdicas y deportivas durante las vacaciones de verano; todo ello, con el objetivo principal de favorecer la escolarización y la integración normalizada y aumentar el compromiso e implicación de los padres en la educación de sus hijos.

Toda esta actividad va dirigida a 630 colegios de toda Canarias, con una complicidad inestimable de los docentes, que vienen cumpliendo y desarrollando una función fundamental en la formación, cuidado y hasta en el aseo y alimentación de estos niños. Conocen de primera mano lo difícil que resulta en estos momentos de crisis quedarse tan sólo en el plano educacional, sin inmiscuirse de lleno en el ámbito personal e incluso familiar, que es el que conforma el entorno de los chicos y que, en la mayoría de los casos, condiciona irremediablemente su propio futuro y bienestar.

Gracias a todos los que de alguna forma contribuyen a conseguir que nuestros hijos crezcan y aprendan, y sean un poco más felices, porque de alguna forma están ayudando a conseguir una sociedad más justa y con más oportunidades para todos.

macost33@gmail.com