La conocida como "abuela de Fuerteventura", Josefa Hernández, ha declarado hoy de nuevo en los juzgados acusada de haber cometido otro delito contra la ordenación del territorio en su vivienda, a lo que ella replica que es inocente y que "nunca" se ha "reído de la Justicia".

Hernández comparece de nuevo ante un juez al mes y medio de haber sido indultada por el Consejo de Ministros de su sentencia anterior, porque el Juzgado que la condenó ha recibido informes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de que no solo no ha derruido la parte de la vivienda afectada por el fallo de 2012, sino que además ha construido una nueva choza de madera.

Esta vecina del municipio de Betancuria ha tratado de demostrar hoy ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Puerto del Rosario que, después de 2012, no ha realizado construcción alguna en su casa.

Josefa duda de la fecha en la que levantó la choza de madera a la que alude la Guardia Civil, "aunque como mínimo fue hace ocho o nueve años", pero está segura de que es anterior a la sentencia de 2012 en la que se la condenaba por un delito contra la ordenación del territorio a seis meses de prisión por construir en la zona de Cercado Viejo en el Parque Rural de Betancuria y se le ordenaba derribar la vivienda.

"Desde 2012, yo no he tocado nada, porque estaba avisada que no podía construir y tampoco tenía medios para hacerlo", ha explicado Hernández a los periodistas.

Asimismo, ha vuelto a insistir hoy ante la jueza que no pudo derruir la parte de la vivienda afectada por la sentencia con anterioridad porque "no tenía medios económicos ni donde vivir".

Minutos antes de entrar en los juzgados, la abuela majorera ha reconocido a la prensa que no tiene "miedo a volver a la prisión de Tahíche (Lanzarote)". "No he hecho nada por lo que tenga que volver a entrar a la cárcel", ha añadido.

Sin embargo, no ha ocultado el cansancio y la preocupación por la que ha pasado en los últimos meses: "Estoy cansada, todos los días me levanto pensando que noticia me traerán hoy".

Sin embargo, después de la cita judicial de esta mañana Josefa se ha mostrado más tranquila, porque cree "las cosas se van aclarando" y porque tiene "confianza en la Justicia".

Todavía con Josefa en la cárcel, el Gobierno canario se comprometió a darle una vivienda de manera provisional para que pudiera llevar a cabo el derribo y mudarse junto a los dos hijos que viven con ella y los tres nietos que tiene a su cargo.

La mujer ya ha visitado la nueva vivienda, ubicada en un barrio de Puerto del Rosario, y ahora espera por la llegada de unos papeles para tener la llave después de que el proceso se retrasara debido a la disconformidad de Josefa con algunas cláusulas.

Hernández nunca ha estado del todo conforme con tener que mudarse a Puerto del Rosario y que los tres pequeños tuvieran que cambiar de centro escolar.

Según la mujer, cambiar ahora a sus nietos de centros "es una locura además de tener que comprar los libros de un centro y luego de otro", "Por eso decidí que los niños siguieran en el colegio de Antigua", ha explicado.

Incluso, llegó a plantearse alquilar una pequeña vivienda en una zona más cercana al centro escolar en el que están matriculados sus nietos, pero, debido a sus ingresos, no se lo puede permitir.

Josefa Hernández también espera por los informes de demolición que el Cabildo majorero se comprometió a realizar. El plazo para derribar la parte de la vivienda afectada por la sentencia se cumple a finales del próximo mes de febrero,

El caso de Josefa Hernández movilizó a parte del país después de que una sentencia la obligara a entrar en el penal. Finalmente solo permaneció cuatro días en prisión después de que la Audiencia Provincial de Las Palmas revocara el auto de la jueza y decretara su libertad bajo dos condicionantes: derribar la parte ilegal de la vivienda y no cometer delito alguno en cinco años.

Un día después de salir en libertad, el 28 de agosto, el Consejo de Ministros concedió el indulto a Josefa Hernández.