El Museo del Prado en miniatura, así definió el comisario de "Los objetos hablan. Las colecciones del Museo del Prado", Fernando Pérez Suescun, el contenido de la muestra que se inauguró ayer en sala del Espacio Cultural de la Fundación CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, donde permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de enero de 2016.

La colección está integrada por una selección de cincuenta y dos pinturas y ocho piezas de artes decorativas, pertenecientes a las principales escuelas artísticas europeas -española, flamenca, italiana y francesa- de entre los siglos XVI y XIX, que constituyen los pilares principales del contenido de la Pinacoteca Nacional.

La filosofía de esta iniciativa, incluida en el proyecto "El Prado itinerante", es acercar de una forma didáctica el arte al público en general, además de ayudar a desentrañar la amplia y precisa información que encierran los "objetos" que los grandes artistas evocaron en sus obras con diferentes objetivos, desde reflejar el nivel social de los personajes retratados, a través de las vestimentas y joyas que los adornan, hasta la gastronomía y el contexto socioeconómico de la época en la que fueron realizadas.

"Los objetos hablan y nos invitan a dialogar. Ese el objetivo de la exposición, plantear un diálogo entre sus visitantes y los objetos del Museo del Prado, tanto los reales y tridimensionales, como los representados en la selección de pinturas que forman parte de ella", aseguran los promotores de esta muestra itinerante, entre los que se encuentran el Museo del Prado, la Fundación la Caixa y la Fundación CajaCanarias.

Los fondos reunidos en Santa Cruz, algunas de cuyas piezas forman parte de las colecciones permanentes del Prado, pertenecen a artistas de la talla de Rubens, Murillo, Zurbarán, Sorolla, Goya, Ribera y a la escuela de Velázquez, además de otros autores como Theodoor Rombouts, Frans Pourbus, Juan Pantoja de la Cruz, Jan Brueghel el Viejo, Madrazo, Juan Carreño de Miranda o José Jiménez Aranda.

Por otro lado, también se exhiben ocho ejemplos de artes decorativas que no habían sido exhibidas antes al público, como una medalla de Felipe II, una armadura blanca, una escribanía de plata, los sombreros que llevaban los celadores del Museo del Prado en el siglo XIX o la paleta del pintor Eduardo Rosales.

La Coordinadora General de Conservación del Museo del Prado, Karna Marotta, explicó que la intención de la Pinacoteca que representa es estar en todo el territorio nacional. "Es una muestra poco habitual. Están presentes grandes obras y firmas que cuelgan en nuestras salas (...). Descubrirá que tienen un valor conceptual en las asociaciones que se pueden establecer entre las obras de la colección permanente del museo y otras más experimentales; además de que se podrán observar desde muy cerca, de forma que permiten reconocer los objetos que son depositarios de la memoria, lo que somos y fuimos siempre, además de los trazos de los grandes maestros".

Por su parte, el comisario de "Los objetos hablan", Pérez Suescun, señaló el carácter didáctico de esta iniciativa que "a partir del nivel escolar de secundaria da el salto y se ofrece a todo el público. Todo el mundo podrá entender los elementos cotidianos que se recogen en los cuadros".

También comentó que algunos de los óleos expuestos habían sido retirados de algunas salas permanentes del Museo del Prado, otras fueron restauradas o había levantado su depósito en varias instituciones para integrarlas en esta muestra. "Esta exposición es El Prado en miniatura".

Por último, destacó que la colección reunida en Santa Cruz estaba estructurada en cuatro apartados. El primero, "La clave está en el objeto", se centra en que los objetos son determinantes para reconocer la escena representada, como el collar de dientes que lleva el sacamuelas de la obra de Rombouts. El segundo, "Los objetos nos retratan", incide en los trajes y objetos que definen el estatus de las personas, además de los bodegones, que reflejan las costumbres gastronómicas de la época.

La tercera y cuarta secciones abundan en claves como "Un mensaje escondido", que destaca cuadros que encierran significados ocultos o de difícil comprensión si no se conocen detalles sobre el contexto histórico; y "El coleccionismo. De objeto de uso a objeto artístico", que alude el interés del hombre por acumular elementos de la misma naturaleza para mostrar su poder adquisitivo. Un claro ejemplo es el óleo "La vista y el olfato" de Jan Brueghel el Viejo.

La presentación de la exposición también contó con la participación de Alberto Delgado, presidente de la Fundación de CajaCanarias, quien recordó las anteriores colaboraciones con El Prado, que se tradujeron en las muestras sobre "El retrato español" y "El bodegón en El Prado".

También intervinieron en el acto el director territorial de Caixabank en Canarias, Andrés Orozco; el director del área de cultura de la Fundación Bancaria la Caixa, Ignasi Miró, y el director de Acción Cultural de la Fundación CajaCanarias, Álvaro Marcos Arvelo.