Carreteras. Basta viajar por la Autovia del Mediterráneo para comprobar que las montañas y los valles no fueron obstáculos para el Ministerio de Fomento. O por la vecina Gran Canaria, sin ánimo pleitista, de Arguineguín a Mogán, con dos carriles por sentido con el mismo esquema viaducto-túnel-viaducto, que constata que la línea recta es el camino más corto entre dos puntos. En Las Palmas, hará unos veinte años, había atascos monumentales en el acceso por el Sur y se montaban unas peloteras tremendas en el túnel de Julio Luengo, que atraviesa la ciudad de este a oeste, problemas que se solucionaron con la famosa circunvalación y los túneles de La Laja. Hormigón y maquinaria, más viaductos y más túneles, millones de euros, en definitiva. Al hastiado ciudadano tinerfeño -que pasa sus días en la cola de la TF-5- le importa un pimiento quién debe poner la pasta, si el Ministerio, el Gobierno autónomo o el Cabildo, pero que la pongan ya. La Vía Exterior, para sortear él aérea metropolitana, que ya dispone de conexión con la TF-1, y el cierre del Anillo Insular, al que le faltan unos cuantos tramos y el cuarto carril, sea dicho de paso. Los atascos en Tenerife son problema nacional, cuya solución se ha pospuesto vaya usted a saber por qué.

El mercado. Un sistema que hay que defender, democrático y justo, muy de izquierdas, necesita muy pocas reglas para que funcione bien y por tanto es sencillo de supervisar para evitar abusos. Se fijan las condiciones técnicas para participar en cada sector y se le da publicidad a las opiniones de los clientes. La Administración que se ocupe de verificar si los operadores cumplen esas condiciones, que luche contra la economía sumergida, los monopolios y los atentados a la libre competencia, que ya nosotros nos encargamos de elegir; así funciona un mercado eficiente, en el que los precios los fija la oferta y la demanda. Cuéntanos qué vendes pero deja que tus clientes nos digan cómo fue su experiencia y si hubo quejas que nos expliquen cómo las resolviste. Bendito Tripadvisor.

Igualdad. Uno de nuestros sólidos principios morales. Inadmisible que ahora el Gobierno del PP permita que se pueda simultanear cobrar el paro y trabajar de autónomo, con cuota reducida, por si fuera poco. Con la espalda cubierta y sin apenas gastos, estos nuevos profesionales o comerciantes podrán bajar sus precios para competir, mientras, los que ya están, sin subsidio ni rebaja, verán como pierden clientes y son tachados de careros. Este atentado a la competencia produce una distorsión del mercado innecesaria y de impredecibles consecuencias. Y puedo entenderlo, los del PP se han dado cuenta de que la actividad emprendedora mejora las estadísticas del paro y que la prestación por desempleo funciona mal, el beneficiario la agota antes de buscar una salida formal. Vaya fracaso, los gobiernos apoyaban grandes inversiones industriales (SEPI) para ser competitivos... esto de ahora, la pretensión de que cada cual se busque el guiso, cada individuo contra el mundo, es ir a la guerra de los chistes de Gila.

En lo público. La competencia de ser competente y de competir. Que podamos elegir médico de cabecera, por ejemplo, el que mejor nos atienda, o colegio para llevar a los niños. Se conseguiría poder premiar el buen hacer y subir la calidad del conjunto. Y para poder elegir, que nos permitan opinar en la plaza pública. El futuro es la transparencia.

Viajar. Para combatir el insularismo y otros fanatismos. Y de paso descubrir el camarón de Motril, picudo como el de El Hierro.

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